Elizabeth Cumanti, jefa de la comunidad asháninka San Juan de Cheni, nos recibió con los brazos abiertos para contarnos que ella se crio con el cacao, sus ancestros lo sembraban a manera de sustento de vida, de forma muy artesanal. Ahora, para ella, esta fruta milenaria sigue formando parte de su economía, porque, junto a toda la cooperativa San Juan Valle de Cheni, ha aprendido de todos los cuidados que necesita el cacao para que sea de calidad, un fino de aroma.
De Lima a Satipo nos separan 434 km, una distancia que te sumerge en la selva central, ese trayecto que vale completamente la pena romper para deleitar tu paladar con el mejor chocolate fino de aroma satipeño.
PUEDES VER: De Carabayllo a VES: El Rápido anuncia nueva ruta y ofrecerá pasajes a cualquier destino por S/1
La República llegó hasta la Cooperativa Agraria Agroindustrial Intercultural Ecológica San Juan Valle de Cheni, ubicada en Satipo, exactamente en el distrito de Río Negro, que hace 18 años se fundó y hoy la conforman 42 socios entre asháninkas y colonos altoandinos.
“Se llama Cheni todo este valle, porque hace muchos años las culebras salían por las tardes, eran bastantes y hacían “chis chis”, es por eso que se quedó con ese nombre, Cheni. Ahora por el cambio climático ya casi no hay serpientes, quizás veas una al mes”, nos contó Godofredo Leyva, presidente de la Cooperativa.
De las 250 hectáreas que conforman la cooperativa, 183 están en producción de cacao, las parcelas gigantes tienen distintas variedades de granos benditos que tras pasar los años se han mejorado genéticamente: el cacao VRAE 15, T5H- 565, CHENY, entre otros. Este 'oro negro' es el sustento de diversas familias que dedican día tras día todo su esfuerzo en sembrar, cosechar y realizar todo el proceso de fermentación y secado para después exportarlo en forma de pepas, y claro que también tienen su propio chocolate Cacao Cheny con 70% de cacao puro.
La fruta tiene una corteza dura y al abrirla hay pepas cubiertas de un dulce blanco, es de sabores dulces y en algunos casos con un toque de acidez.
Tras quitar todas las pepas de la fruta, estas pasan por un proceso, fermentación, secado y luego se trasladan a máquinas especiales que lo procesan hasta convertir esa pepa en pasta pura de cacao y de ahí chocolate.
Abel Yaranga, fundador y representante de la Cooperativa San Juan Valle Cheni, nos explicó el proceso y nosotros estuvimos en el espacio donde el llamado 'oro negro' empieza su transformación. "Al despepar el cacao, estas pepas se fermentan por días en cajones de madera, pasan de uno a otro, el dulce se vuelve levadura y crean su propia fermentación, luego se trasladan al secado", explicó.
“Este secado no debe ser violento, el cacao no debe ser expuesto directamente al sol, por eso el techo de esta zona tiene láminas especiales, la acidez, los alcoholes tienen que irse volatilizando lentamente a través de las movidas que hacemos al cacao, cada paso influye para que el chocolate sea de alta calidad, un fino de aroma que nos piden internacionalmente”, nos contó Abel.
Para Abel, cada paso es muy importante porque influye mucho en el producto final. “Nuestro cacao es muy pedido para la alta chocolatería porque es de calidad, estamos atentos a cada detalle para que el cacao sea un fino de aroma” señaló.
PUEDES VER: Crearán nueva universidad nacional en Perú: ¿en qué región estará ubicada y qué carreras ofrecerá?
Elizabeth, jefa de la comunidad asháninka, hizo un pedido al Gobierno central cuando conversábamos, mientras la naturaleza nos alumbraba con rayos que anunciaban una gran lluvia, esas de las que se quedan siempre en tu mente. “Que sigan apostando por la agricultura, también es el futuro de nuestros hijos. Y claro que, en la educación, queremos más apoyo, sobre todo para poder seguir emprendiendo”, refirió.
“Esta comunidad exporta alrededor de 100 toneladas de cacao al año a empresas extranjeras, a los países como Estados Unidos y Francia”, nos mencionó Abel. El boom cacaotero está en la selva central, y ellos están realizando su II Festival Montañas de Cacao Finos de Aroma este 31 de mayo al 2 de junio. Este evento tiene como objetivo promover el desarrollo económico, vivir y conocer la cultura asháninka y, sobre todo, deleitarte con la gran cantidad de chocolates de calidad que encontrarás en el festival, además habrá talleres de capacitación y concursos.
En río Negro también se encuentra la Asociación de Mujeres Emprendedoras Warmi Tsinani, son 43 socias que día a día realizan chocolates hasta con 70% de cacao. Ellas tienen las maquinarias chocolateras que les permiten realizar un producto de calidad. Marisela Lima, la presidenta de la Asociación, nos contó que, gracias al cacao, muchas mujeres que son parte de las warmis, hoy pueden generar sus propios ingresos, que se sienten tranquilas y sobre todo empoderadas. "El chocolate es mi vida", finalizó con una cálida sonrisa.
Conocer nuestro Perú, hablar con las comunidades y vivir toda una experiencia en la ruta del cacao nos enseñó lo fuerte que ha sido la cooperativa para llegar a donde están ahora. Sabemos que el camino no ha sido fácil y, tras 18 años de persistencia, organización, convivencia y sobre todo esfuerzo, hoy pueden decir que exportan cacao satipeño al mundo.