Donde alguna vez nació la esperanza para acabar con el comercio ambulatorio, hoy reina la soledad, la delincuencia y el gran fracaso del alcalde de Lima Metropolitana, Rafael López Aliaga, por no cumplir con una promesa que le hizo a la ciudadanía en campaña electoral: combatir la informalidad y acabar con el desorden en el centro de la ciudad.
Cuando Rafael López Aliaga llegó a la Municipalidad Metropolitana de Lima, tras ganar las elecciones, anunció que el comercio informal llegaría a su fin.
Su principal estrategia era implementar ferias de productos, con la finalidad de que los ambulantes que ocupaban las vías del centro de la ciudad se dirijan a estos lugares y puedan vender de manera ordenada.
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No obstante, a un año y cuatro meses de gestión, la iniciativa de López Aliaga, ha terminado siendo un “elefante blanco”, no solo por la falta de capacidad para gestionar lugares adecuados, sino por la ausencia de compromiso para resolver una problemática que se arrastra desde muchos años atrás.
La primera muestra de López Aliaga se dio el 2 de junio del 2023, la comuna de Lima liderada por el titular de Renovación Popular, inauguró el campo ferial La Huerta Encontrada, en la cuadra 7 del jirón Amazonas del Cercado de Lima.
Linney Gamarra. Tras dos semanas en el campo ferial, volvió a las calles del Centro de Lima. Ahora está en la av. Abancay. Foto: John Reyes/La República
El lugar se destinó para reubicar alrededor de 1.500 ambulantes, de los 5.000 que se llegaron a inscribir, y que se encontraban apostados principalmente en las avenidas Abancay, Grau, Nicolás de Piérola y Montevideo, así como en los jirones Ayacucho, Andahuaylas, Paruro, Puno e Inambari con pasaje Los artesanos.
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El propio burgomaestre lo inauguró entre bombos y platillos, asegurando que se trataba de un lugar digno y con seguridad. Han pasado más de 10 meses, y ahora luce completamente abandonado.
La República llegó hasta La Huerta Encontrada y grande fue la sorpresa al no encontrar a ningún comerciante.
El proyecto que se levantó sobre una loza deportiva está deshabitado en su totalidad. No hay iluminación ni estructura adecuada para los puestos; tampoco hay seguridad, por lo que tanto de día como de noche el lugar es inseguro.
Para llegar a la zona, recorrimos el jirón Maynas junto con el jirón Ancash cerca del río Rímac y, si bien era de día, por el lugar ya había personas acechadas por los delincuentes que merodeaban ante la falta de presencia de efectivos de la Policía y Serenazgo.
Ante la ausencia de comerciantes, nos fuimos a las principales avenidas del centro de la ciudad. Esta vez, el panorama fue diferente porque a comparación de la La Huerta Encontrada, las calles estaban abarrotadas de comerciantes.
Jenny Araña. También quiso ser reubicada en el campo ferial, pero la experiencia fue un fracaso. Foto: John Reyes/La República
Jenny Araña, quien fue una de las beneficiadas con el proyecto de la formalidad, señaló que dejó el campo ferial porque no había ingresos suficientes, por lo que se motivó a regresar a las calles.
“Era un lugar alejado. Mi familia fue y no hubo venta. Los amigos de mi esposo también llegaron a ir; y al final, todos regresaron porque allí no sacaron nada. Un lugar donde no hay ingresos no tiene sentido”, explicó así el motivo por el cual no le quedó más remedio que volver a la informalidad para poder sobrevivir.
Linney Gamarra, otra comerciante que lleva varios años de ambulante, y que encontramos en la avenida Abancay, solo estuvo dos semanas.
“No había nada de venta. Era un lugar muy alejado. Estuvimos dos semanas. Desde las 8 a.m. hasta las 11 p.m., y no teníamos ni pasaje para volver. Me siento indignada, triste y derrotada. Después me fui a Metro La Hacienda, nos botaron, y ahora he regresado aquí”, relató.
Otra ambulante que prefirió mantener su nombre en el anonimato, mencionó que Rafael López Aliaga elige lugares inadecuados para formalizar el comercio.
“Fui dos meses. Tuve que vender mi mercadería porque nadie iba, estaba muerto. No quiero hablar más de ese tema. Yo creo que el alcalde tiene buenas intenciones, pero los lugares que escogen son inadecuados”, indicó.
Puente Acho. Muy cerca al campo ferial, se han posicionado algunos comerciantes informales. Foto: Foto: Carlos Contreras/La República
El proyecto tuvo problemas desde el inicio. Durante los primeros días de la reubicación, se registró presencia de más serenos que de comerciantes y clientes en la Feria Huerta Encontrada.
Esta situación se complicó también para las personas con discapacidad, a quienes se les dificulta más movilizarse a otras zonas para vender sus productos.
Augusto Gatica, representante de la Unión de Trabajadores con Discapacidad de Lima (Unitradis), señaló que la gran carpa que protegía el lugar solo fue vista el día de la inauguración.
“A veces hace sol o llueve. ¿Con qué nos vamos a cubrir? No hay planificación (…) Nosotros hemos venido conversando con la Municipalidad, pero no nos han dado ninguna solución. Nosotros sí queremos ser reubicados, pero no en cualquier lugar porque vivimos en el día a día”, sostuvo el dirigente.
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Antes de que los ambulantes sean reubicados en la Feria Huerta Encontrada, estos comerciantes ocupaban las principales calles del Cercado de Lima, generando desorden y caos en la capital, por lo que tuvo que intervenir la Municipalidad Metropolitana de Lima.
La comuna dispuso serenos y fiscalizadores para evitar el regreso de los negociantes. Sin embargo, con el pasar de los días, los trabajadores municipales dejaron de asistir y los ambulantes volvieron a establecer el comercio en muchas calles de la capital, principalmente en los alrededores del Mercado Central y Mesa Redonda.
Desolado. La Huerta Encontrada duró menos de año. En la actualidad, luce completamente vacía. Foto: Foto: Carlos Contreras/La República
En junio próximo se cumplirá un año de la propuesta de López Aliaga. Mientras tanto, la Feria Huerta Encontrada luce vacía, las principales avenidas de Lima lucen abarrotadas una vez más y desde la Municipalidad de Lima no se ha informado sobre nuevos planes para combatir la informalidad.
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En diciembre del 2023, el alcalde Rafael López Aliaga anunció que tenía empadronados a 5.000 ambulantes, de los cuales 500 son mayores de edad o personas con discapacidad.
Ante el fracaso de la reubicación en la Feria Huerta Encontrada, el burgomaestre señaló que los ambulantes serían desplazados hacia un local municipal ubicado frente al hotel Sheraton.
La gerenta de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Lima, Elia Urmeneta, refirió en su momento que tres galerías comerciales estaban ofreciendo stands a costo social. “En Mesa Redonda, entre 150 y 200 soles. Otras galerías cobran entre 400 soles y 600 soles por 40 metros cuadrados”, dijo.
No obstante, al igual que los otros planes para acabar con el comercio informal en el centro de Lima, estos intentos de reubicación también fallaron.