Guardianes de la contrarreforma. Pese a las diversas críticas por su inacción ante la descontrolada creación de más de 2.000 nuevas carreras profesionales, la actual gestión de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) reiteró que seguirá confiando en la “buena fe” de las universidades y que no hará una supervisión previa de los nuevos programas, la cual sirve para garantizar que cumplan con las condiciones básicas de calidad.
Durante una conferencia de prensa, cuya convocatoria no fue abierta, el cuestionado jefe de la Sunedu, Manuel Castillo, afirmó que no realizan un control previo de las nuevas carreras que proponen abrir las universidades “porque estarían yendo contra un mandato constitucional y hasta normativo”.
“Si quieren que estemos en esa vía se debe hacer una reforma constitucional y un cambio de la ley para que la supervisión se haga antes y consecuentemente estaríamos recortando la autonomía universitaria”, dijo.
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A su turno, el excongresista fujimorista Carlos Mesía, hoy jefe de la Oficina de Asesoría Jurídica de la Sunedu, señaló que las universidades privadas y públicas “presentan nuevas carreras bajo el principio de buena fe, donde asumo lo que me dices, y ya después te superviso y si no cumples te sanciono severamente”. “La Ley Universitaria fue modificada para que el licenciamiento no se convierta en herramienta política. Ahora, la Sunedu es un organismo técnico y no político”, agregó.
Esto demuestra que la Sunedu se ha convertido en una mesa de partes, como lo advirtió el rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Enrique Castañeda, quien -en una nota anterior- lamentó este retroceso.
Ayer, el superintendente cambió las cifras que él mismo brindó el viernes 22 en una sesión de la Comisión de Educación, realizada en Trujillo. Dijo que ya no son 2.082 las nuevas carreras que le pidieron registrar las universidades, sino 1.865.
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Así, indicó que 499 son nuevas carreras propiamente dichas y 776 son solicitudes para el cambio de modalidad de presencial a remoto o mixto, “que se considera oferta nueva, pero que en la práctica no crea programas”. A ello se suman las 590 carreras que aún no formalizan por estar con observaciones para su registro. “En las 217 nuevas carreras restantes, las universidades presentaron su desistimiento tras la exhortación que dimos”, dijo el jefe de la Sunedu, como si eso se hubiese dado en tan pocos días.
Debido a este retroceso, 29 exintegrantes del Consejo Nacional de Educación (CNE), de diversas gestiones, como Patricia Salas, Ricardo Cuenca, Juan Cadillo y María Amelia Palacios, emitieron un pronunciamiento para exigir que se restablezca el control previo de las condiciones básicas de calidad de las nuevas carreras de pregrado y posgrado.
“Esta Sunedu dice que realiza supervisión posterior, pero esa puede durar años y mientras tanto los jóvenes pueden estudiar en carreras mediocres o de mala calidad, en algunos casos”, anotó el exconsejero Manuel Bello, quien solicitó al Congreso restablecer el licenciamiento de programas e incluir el control previo de los nuevos.
Afectados. Estudiantes ya sufren efectos de contrarreforma. Foto: difusión
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El vicepresidente de Foro Educativo, César Uribe, lamentó que la Sunedu haya perdido fuerza, tanto moral como legal, para ejecutar estas supervisiones. “Llama la atención el número abultado de nuevas carreras. Es como si algunas universidades hubiesen estado esperando que se concrete la contrarreforma para crearlas”.
Uribe criticó que la Sunedu responda que necesita más recursos para realizar estas supervisiones posteriores de las nuevas carreras cuando viene contratando a extribunos que promovieron la contrarreforma universitaria, como son los casos de Ernesto Blume y Gerardo Eto.
El primero ahora es parte del grupo de expertos que darán recomendaciones durante la elaboración de documentos de gestión. El segundo recibió 25.000 soles por dictar una “conferencia magistral” a rectores y por elaborar un informe jurídico sobre la validez de firmas de rectores y vicerrectores. El retroceso tiene para rato.
William Huamán, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Perú (FEUP), lamentó que se esté permitiendo la mala educación. “Este Congreso y Gobierno avalan la mediocridad que le hace daño al país. No hay una visión de país, no sabemos adónde vamos”, manifestó preocupado.
Manuel Bello, exconsejero del CNE
“Nos preocupa esta situación porque hace unos años las universidades tuvieron que cerrar 3.243 carreras para obtener su licenciamiento porque no cumplían con condiciones mínimas. No queremos que se estafe a los jóvenes y sus familias”.
César Uribe, Vpdte. de Foro Educativo
“Estas acciones de la contrarreforma son avaladas por el Congreso y el TC. Este último hasta ahora no ha visto las respuestas que dimos a las observaciones planteadas a la acción de inconstitucionalidad que presentamos con 10.000 firmas”.