En Huancavelica está el complejo hidroeléctrico más grande del país, pero este antiguo distrito de casi 25.000 habitantes carece de luz, agua potable, vías asfaltadas, locales escolares y de salud seguros. Una comitiva ha llegado a Lima para agilizar la instalación de una mesa de desarrollo que solicitaron al presidente de Consejo de Ministros, Alberto Otárola, el 17 de agosto.
El distrito de Colcabamba, provincia de Tayacaja, región Huancavelica, fue elevado a esta categoría el 24 de enero de 1825 por Simón Bolívar. Está a punto de cumplir 200 años de creación, sin embargo, continúan viviendo en un atraso histórico a pesar de que en su suelo está el complejo hidroeléctrico del Mantaro que genera electricidad para gran parte del país.
“No hay obras de desarrollo importantes en Colcabamba, no hay servicios básicos de calidad, no tenemos hospital, hay un Centro de Salud de categoría 1-4 que se cae a pedazos, solo tiene 3 médicos para atender a 25 mil pobladores. No tenemos agua potable, tampoco carreteras, solo trochas intransitables. Nuestras instituciones educativas no tienen internet ni fibra óptica. Falta pavimentación y asfaltado. El local de la Policía Nacional está en ruinas y hace años funciona en el auditorio de la municipalidad”, relata con indignación Antonio Quispe Rojas integrante de la comitiva municipal que ha llegado a Lima para exigir al gobierno atención prioritaria a Colcabamba.
Cuenta que ante una emergencia médica deben trasladarse hasta Huancayo que está a 145 kilómetros de Colcabamba. Sin embargo, el SIS les obliga a atenderse en la capital regional, Huancavelica, a 160 kilómetros de distancia.
Insiste en que el Complejo Hidroeléctrico del Mantaro, conformado por las centrales Santiago Antúnez de Mayolo y Cerro del Águila, produce luz para la mitad de los peruanos y hace funcionar el 70% de la industria nacional, y que Electroperú, la empresa que lo administra reporta al estado millones de soles producto de la venta de energía eléctrica.
“No puede ser que convivamos con empresas importantes y no tengamos beneficios. Hay un canon de 6 millones. En 2022 Electroperú reportó 2290 millones de soles al estado y para nosotros quedó 6 millones como canon hidroenergético. Eso no alcanza para atender a más de 60 comunidades campesinas, 14 centros poblados y cerca de 25 mil pobladores. Por ejemplo, en agua y desagüe se invierte 3 millones, en dos obras se acabó el cánon. Por eso no tenemos obras cruciales”, lamenta.
Antonio Quispe Rojas refiere que el 17 de agosto solicitaron al presidente del Consejo de Ministros Alberto Otárola la implementación de una mesa de desarrollo para solucionar los problemas que aquejan a Colcabamba, pero no tienen respuesta.
“Estamos en Lima desde hace una semana. Nos pasan de una oficina a otra, hay desatención, qué le cuesta al señor Otárola sentarnos en una mesa de trabajo con ministros involucrados. En Colcabamba el servicio energético es pésimo, la empresa concesionaria que es Electrocentro en vez de brindar servicios comete abusos. Nuestros barrios siguen en la oscuridad, pero somos capital energética. Hay adultos mayores, viudas, madres solteras con bajos recursos económicos que siguen utilizando velas y mecheros. Es una vergüenza nacional”, protesta.
Quispe Rojas también precisa que el 95% de colcabambinos viven de la actividad agropecuaria y que con ese trabajo mantienen a su familia y educan a sus hijos. Menciona que se abastecen de algunos manantiales pero falta reservorios para el riego porque sin agua no hay agricultura.
“Necesitamos que en esa mesa de desarrollo participe el ministro de Agricultura, el ministro de Salud, Educación y otros sectores, aparte de los ejecutivos de Electroperú y del Consorcio Mantaro. Años atrás los hemos convocado a mesas de trabajo pero estas empresas solo han enviado a sus encargados, queremos que participen los principales como Luis Alberto Haro Zavaleta, presidente del directorio de Electroperú”, demanda.
Antonio Quispe guarda la esperanza de que la Presidencia del Consejo de Ministros cumpla con hacer una convocatoria que permita tomar decisiones concretas. En tanto, continúan tocando las puertas de los ministerios.