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Sociedad

Asesinato en Pasamayito: la Cota 905, facción del Tren de Aragua, estaría detrás de doble sicariato

Organizaciones ligadas con el Tren de Aragua siguen expandiendo sus dominios en Perú. Se disputan las denominadas 'plazas', en donde someten a mujeres a la explotación sexual.

larepublica.pe
Miembros de la Cota 905 sindicados de doble asesinato en Pasamayito. Foto: composición LR/captura/Canal N

Tras el asesinato de la joven de 24 años Wuiliany Levimar Bellorín Muñoz y la adolescente de 15 años de iniciales L. E. A. O., cuyos restos fueron encontrados en la vía Pasamayito, los presuntos responsables de ese doble asesinato serían dos integrantes de Cota 905, una facción del Tren de Aragua. Esta banda criminal se dedica a la trata de personas y a la explotación sexual en importantes calles de la capital.

Los presuntos sicarios identificados como Adorfredo Alberto García Sánchez, de 28 años, alias 'Chacal',Robert Luis Eduardo Urbina Vielma, de 23 años, pertenecen a una de las cinco facciones de la organización criminal Tren de Aragua. Ambos, de nacionalidad venezolana, pertenecen a estas redes que, mediante violencia y enfrentamientos, pelean por ganar las famosas 'plazas' de Lima.

García y Urbina fueron capturados por la Policía Nacional del Perú (PNP). Los dos prontuariados llevaron a ambas víctimas, también de nacionalidad venezolana, a la vía Pasamayito, en Collique, en donde las asesinaron y arrojaron sus cadáveres. Según la necropsia, las dos mujeres fueron acribilladas luego de ser trasladadas en una camioneta negra.

La Cota 905 es una facción del Tren de Aragua que hace alarde de su peligrosidad y violencia ejercida en su país de origen: Venezuela. Poseen múltiples armas de todos los tipos y tamaños. Además, tiene una estructura organizada y sus integrantes no dudan en difundir videos en los que realizan disparos a quemarropa. Su principal objetivo es dominar territorios y someter a los grupos existentes mediante disparos de armas cortas y fusiles.

Esta organización criminal somete a mujeres a la explotación sexual para beneficiarse del dinero generado por este delito. Traen a ciudadanas —en su mayoría— extranjeras al Perú con la promesa de ayudarles a salir de las crisis económica en Venezuela; sin embargo, las secuestran y obligan a prostituirse. Si las víctimas se rebelan, su destino es la muerte.