Tacna. El último domingo un avión con 115 ciudadanos venezolanos partió desde el aeropuerto de Arica (Chile) hacia Venezuela, llevando a familias y adultos mayores que vivieron semanas en el desierto, en el límite de Perú y Chile, reclamando su ingreso a Perú para poder retornar a su patria. Pese a ese vuelo humanitario, la crisis migratoria en la frontera no ha acabado y cada día llegan más migrantes.
El venezolano Efraín Escalona (31) explica que él, su esposa y hijos (una niña y un bebé de siete meses), llegaron a la frontera desde el norte de Chile hace 4 días. "No alcancé a inscribirme en la lista del primer vuelo y me dijeron que habría un segundo avión si todo salía bien. Ahora la embajada no dice nada, ni ha enviado a nadie para dar información sobre cuándo se hará un nuevo viaje", comentó Escalona.
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La familia Escalona quiere dejar Chile debido a la falta de empleo y las difíciles condiciones de vida para los migrantes venezolanos. El padre de familia explicó que desde incidentes de violencia que involucraron a venezolanos en Santiago (Chile), pocos empleadores aceptan contratar a venezolanos
Además, en la región en la que vivía las temperaturas llegan a bajo cero en esta época y carecen de calefacción, temiendo por la salud de sus hijos.
El Gobierno Peruano no permite el ingreso de los venezolanos que no cuenten con visa, requisito que carecen todos los migrantes que están en la frontera. Además de venezolanos, también se tenían un buen número de migrantes haitianos, colombianos y ecuatorianos.
Los haitianos que viajan en familia han logrado pasar a Perú en su mayoría, después de semanas de espera, ellos requerían el carnet de residencia chileno y otros documentos.
Desde ayer algunos grupos están realizando ollas comunes en la frontera a causa de la falta de alimentos y el reporte de niños intoxicados. El venezolano Víctor Uribe Sierra, miembro de una iglesia evangélica que vive en el campamento, narró que dos menores debieron ser llevados al tópico del complejo fronterizo de Chacalluta (Arica) por problemas estomacales.
Narró que durante tres días las organizaciones humanitarias llevaron solo sanguches y yogures a la frontera y ello afectó a algunos menores.
Para él la solución a la crisis migratoria no está en un solo vuelo humanitario, insistió que se requiere que los países de Sudamérica creen un corredor humanitario terrestre que permita a los venezolanos retornar a su patria. Mientras tanto, desde las Cancillerías de Chile y Venezuela no existen ningún anuncio de un segundo vuelvo.
La organización World Visión Perú, entregó ayer frazadas y atendió a los menores del campamento. John Calle, representante de World Visión, detalló que atendieron de 35 a 40 niños. Antes del vuelo del domingo, se estimaba que eran más de 80 los menores que vivían en carpas. Por lo menos la mitad pudo volver a Venezuela o dejar el lugar.