El déficit hídrico en Puno ya muestra sus primeros efectos para el sector agropecuario. La producción de la campaña agrícola 2022-2023 será mucho menor a la de años anteriores, según la Dirección Regional Agraria (DRA). Las escasas lluvias registradas en el primer trimestre del año, no fueron suficientes para el crecimiento de los cultivos.
Según el director de Estadística Agraria e Informática de DRA, Germán Cutipa Flores, durante el periodo de siembra de agosto a diciembre del 2022, se dejaron de sembrar más de 46 mil hectáreas de productos de pan llevar.
El producto más afectado es la quinua, cuya producción se ha perdido prácticamente en 90%. En cuanto a cultivos de larga duración como la cañihua, cebada de grano, oca, habas y la mashua, no se sembró ni la tercera parte de los volúmenes habituales.
El funcionario indica que las pocas lluvias registradas en los tres primeros meses, no ayudaron mucho al crecimiento vegetativo de la avena y el forraje, fundamentales para el alimento del ganado. Señala que a estas alturas debería sobrepasar el metro de altura, pero no llegan ni a la mitad de ese tamaño.
En cuanto a la papa, que es un producto básico para la alimentación de la población, mencionó que apenas está en etapa de brote, y preocupa su maduración y crecimiento se sigan perjudicando, puesto que desde abril se alejarían las lluvias y las heladas representan otra amenaza para su producción.
Cutipa Flores sostiene que esta crisis por el agua, que tiende a agudizarse cada año, no ha posibilitado que los pastos naturales crezcan lo suficiente, y por tanto, el ganado sufre por falta de alimento. Esta realidad está obligando a los productores a la "saca de animales"; es decir, venderlos.
Al no haber producción de pacas de avena y forraje, muchos ganaderos, especialmente en cuencas lecheras como Taraco (Huancané), y otras comunidades de Azángaro, se han visto obligados a rematar sus animales. Las alpacas también se ven afectadas y los ovinos en una menor proporción.
Cutipa señala que esta es una situación dramática, debido a que la actividad ganadera y agrícola en las poblaciones altoandinas de Puno es de subsistencia. Al deshacerse de sus principales fuentes de sustento, considera que se agudizará la pobreza en los poblados.
El 6 diciembre de 2022, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) declaró al agro puneño en estado de emergencia por peligro inminente ante déficit hídrico causado por la ausencia de lluvias, pero no pasó a ser más que un saludo a la bandera. La disposición, que estaba vigente por 60 días y que luego fue ampliada por el mismo periodo, definía las acciones que debieran implementarse con el presupuesto institucional de los pliegos involucrados, sin demandar recursos adicionales al tesoro público.
Según el responsable del Programa Presupuestal N°0068 de la DRA, Luis Enrique Cárdenas Minaya, se solicitó S/ 30 millones para atender esta emergencia, pero hasta el momento el gobierno central no asigna esos recursos.
El especialista indicó que el presupuesto anual que reciben para atender emergencias por este programa es de S/350 mil, el que debe ser distribuido en las 13 agencias agrarias de la región.Sostiene que con este monto no se puede asistir ni al 10% de los afectados.
Cárdenas indicó que se adquieren kits veterinarios, principalmente, pero lo que se requiere ahora es alimento para los animales, e ir trabajando en proyectos de inversión para la siembra y cosecha de agua. Existe una proyección de que este problema se agudice cada año.