El periodo lluvioso ocasionado por el ciclón Yaku en la costa norte del Perú ha sido devastador. Miles de afectados y decenas de fallecidos dan cuenta de ello. Además, ha demostrado, una vez más, que las ciudades, incluso las capitales de regiones, no están preparadas para los embates de la naturaleza. En Piura, la precipitación generó cientos de aniegos a lo largo del territorio.
En el asilo de anciano Santa Teresa de Jornet, un grupo de 80 ancianos y religiosas están expuestos a los contagios por dengue y a la contaminación por el agua empozada. Hace ya varios días conviven con malos olores y la presencia de mosquitos.
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Los ocupantes han pedido el apoyo de los funcionarios de la región para atender esta problemática y retirar el agua que permanece en el lugar. El recinto se ubica a espaldas del hospital Jorge Reátegui, en la calle Pedro de León.
Suman ya siete días desde las primeras lluvias en la zona y, al igual que este establecimiento, hay colegios y locales en la misma condición. “Hay muchos zancudos y se pueden producir muchas enfermedades en esta población vulnerable”, dijo uno de los afectados a Correo.