Los cerros más altos de varios pueblos de diversas provincias fueron escalados por decenas de comuneros. Subieron hasta lo más alto para hacer elevar sus plegarias a Dios con el propósito de que vuelvan las lluvias. Los rezos se dieron en un contexto en el que el veranillo, que azota al altiplano con temperaturas de 24 grados, está secando los campos. La ausencia de precipitaciones repercutirá en la baja producción, por ejemplo, de quinua, que es el grano sembrado y que necesita de agua.
“Qué nos queda. La fe es lo último que se pierde y nosotros estamos pidiéndole a Dios que todos estos problemas de cambio climático que estamos viviendo, que pasen. En la ciudad no pasa nada. El problema es en el campo. Si no se produce no hay comunidad y ni vender vamos a poder. Para nosotros es el problema”, contó Isidro Quispe Calla, poblador de Laraqueri.
De rodillas y durante una hora los comuneros rezaron e hicieron plegarias para que las precipitaciones pluviales regresen. Si el periodo lluvioso, propio de esta época del año, no retorna, la producción de granos y tubérculos mermaría en 90% durante la cosecha.
El jefe del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Puno, Sixto Flores, reconoció que la actitud de los productores agrícolas es alarmante. Indicó que recién a partir del 20 de noviembre retornaría la lluvia de manera paulatina. Pero aun así no lloverá en los volúmenes que se esperaba.
El pasado 9 de noviembre, un incendio de gran magnitud afectó al menos 10 hectáreas de totorales de las islas flotantes de los Uros Chulluni, en Puno. Personal del Cuerpo General de Bomberos y ciudadanos de la zona se encargaron de controlar el incidente.