Apenas llegamos a la tranquera de la isla Espinar (salida sur de Puno), un olor fétido agrede. Mientras avanzamos, la carretera nos muestra dos realidades.
A la derecha de la vía, dos enormes pozas almacenan el agua de los desagües de más de 60.000 viviendas de la ciudad de Puno. Los lodos fecales se sedimentan y por un proceso de decantación, alrededor de 250 litros por segundo de aguas servidas, sin ningún tipo de tratamiento, ingresan a la bahía interior del Titicaca.
A la izquierdo se observa el lago navegable más alto del mundo en toda su expresión. Hace 30 años el agua de la bahía era transparente. Hoy lo caracteriza un color verduzco por la flora acuática. Esta planta brota como consecuencia de la contaminación del lago por el vertimiento de aguas de desagüe.
La suerte que le espera a la bahía del lago es crítica. En unos 20 años podría convertirse en otra laguna de oxidación natural, advirtió el biólogo Juan Medina.
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Para detener la muerte del lago por los desagües de los pueblos ribereños, el Estado peruano licitó por asociación público privada la construcción de plantas de tratamiento en las ciudades de Juliaca, Puno, Ilave, Ayaviri, Juli y Moho. Los trabajos estuvieron a cargo de la empresa Opeti. Sin embargo, la empresa rescindió el contrato con el ministerio de Vivienda y Construcción, por vicios insalvables. No podía garantizar la calidad de aguas tratadas al estándar que piden las autoridades del agua. Los trabajos fueron abandonados.
Juan Medina, dijo a La República que el problema del lago es que está pasando por un proceso de eutrofización. Biológicamente se denomina así cuando los cuerpos de agua reciben exceso de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, procedentes mayoritariamente de la actividad del hombre (heces fecales). Precisó que las plantas de tratamiento no sólo iban a tratar las aguas de desagüe. También recuperar el ecosistema del lago afectado por décadas con esta agresión ambiental.
“Las obras ahora paralizadas sólo hacen mas daños al lago. Los niveles de contaminación serán mayores. El gobierno tiene que dar una explicación”, remarcó el especialista.