Cusco. Desde la llaqta de Machupicchu, las lideresas, en presencia de autoridades locales y regionales, alzaron su voz a través de un manifiesto para exigirle a la población escuchar sus necesidades e ideas. Unas 7.000 menores de la campaña “Niñas al poder” provienen de Chumbivilcas, Paucartambo y Urubamba, entre otras provincias.
Durante 10 años, pequeñas de diferentes regiones del país han recibido inducción en liderazgo, igualdad e incidencia política a cargo de la ONG Plan Internacional. Actualmente, son tres los proyectos de promoción e inserción en participación política que impulsa dicha institución en busca de orientar a niñas, adolescentes y mujeres lideresas.
Pese a haberse registrado un avance, la brecha aún no ha sido cerrada. Según un estudio global aplicado en 29 países a más de 20.000 menores alrededor del mundo, las niñas, adolescentes y mujeres adultas no confían en el soporte que sus autoridades le brindan a su género. Un gran porcentaje de ellas no cree que son escuchadas en reuniones sociales y no sienten la confianza de expresar lo que piensan por miedo a ser juzgadas por su edad o por ser féminas.
Maibe, de 13 años, es originaria de Paucartambo. Desde hace dos años es parte de los proyectos que promueve la campaña “Niñas al poder”. Ella cuenta que durante mucho tiempo vivió en un entorno machista, que no permitía a las mujeres de su provincia desarrollarse como ciudadanas enteradas de la coyuntura política de su localidad y su región.
Según su testimonio, el acceso a capacitaciones e, incluso, reuniones sociales y políticas en su lugar de origen es limitado. Le llevó dos años poder expresarse en público.
Así, la menor le exigió a las autoridades proyectos de participación política que incluya a las mujeres desde pequeñas y que ayude a formarlas como lideresas de opinión, capaces de aportar en decisiones de la sociedad civil.
Por su parte, Yuliana, de 17 años, es una de las cusqueñas que lleva más tiempo dentro de la campaña “Niñas al poder”. En más de una oportunidad, vio frustrada el deseo de ser parte de la toma de decisiones que supuestamente daban respuesta a sus necesidades.
Junto a un grupo de sus compañeras, actualmente conduce, de manera eventual, un programa radial de alcance regional. Estas jóvenes mostraron interés en el proyecto, pero las limitaciones económicas no les permiten avanzar como quisieran.
Para ella, las autoridades deben abrir espacios que permitan a varones y mujeres esparcir sus ideas a fin de que su población empiece a tomar en cuenta sus opiniones. Exhortó al Gobierno a asumir el compromiso de eliminar la desigualdad a través de políticas de Estado.