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Sociedad

Usuarios con discapacidad reportan varias deficiencias en alimentadores de Metropolitano

Ciudadanos que utilizan silla de ruedas han dado a conocer que el número de alimentadores de Metropolitano con acceso para personas con discapacidad es reducido. Además, denuncian que choferes se han negado a trasportarlos en reiteradas ocasiones.

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En el portal oficial del Metropolitano se indica que, de acuerdo al contrato inicial de los consorcios, solo 10% de los alimentadores dispone de accesibilidad. Foto: composición LR/Andina

“Si coincidimos dos personas (en silla de ruedas), el que llega primero se va en ese bus. Pero el que viene atrás se queda dos horas más en el paradero. Y esa persona va a las 11 o 12 de la noche a su casa, no puede ser”, expresa con indignación María Montenegro, una usuaria con discapacidad física, mientras espera el alimentador en la Estación Naranjal del Metropolitano.

Son las 6.45 de la noche. Lleva aproximadamente una hora y media en el paradero de Collique, aguardando, como todos los días, un vehículo con rampa, plataforma que permite elevar su silla de ruedas y facilitar su ingreso.

Ella usa los servicios del Metropolitano porque no encuentra otras opciones. Comenta que también podría trasladarse en taxi; sin embargo, es un privilegio que no puede costear: “Yo utilizo el alimentador y el troncal, ya que por la economía no puedo utilizar taxi”.

¿Por cuántos años más María debe seguir esperando durante horas un bus del Metropolitano para movilizarse? ¿Es así como el Estado peruano vela por sus derechos?

El Metropolitano, administrado por la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), cuenta con dos servicios: los buses troncales y los alimentadores. Las unidades del primer grupo son accesibles para las personas con discapacidad; sin embargo, ese panorama cambia totalmente en el segundo grupo.

¿Existen suficientes alimentadores con rampas?

Los alimentadores, encargados de trasladar a los ciudadanos desde los distritos de Lima Norte y Lima Sur hasta las estaciones de Naranjal (en Independencia) y Matellini (en Chorrillos), presentan un número muy reducido de buses con rampas.

En el portal oficial del Metropolitano se indica que, de acuerdo al contrato inicial de los consorcios, solo 10% de este grupo dispone de accesibilidad.

Dicho dato fue confirmado por Clemente Peralta, representante de la Subcoordinación de Fiscalización del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis): “Tenemos conocimiento que es el 10% de la flota total de los alimentadores”.

Alimentadores del Metropolitano

En ese sentido, Peralta Navarrete explicó que la proporción de vehículos con accesibilidad salió de una evaluación de la demanda prospectiva realizada, en ese entonces, por el sistema COSAC:

“Nosotros entendemos que, cuando se hace el estudio de la demanda prospectiva de servicios de transporte público, el COSAC, lo que hoy es el Metropolitano (...), entendemos que es la cantidad que se determinó en relación con los estudios de demanda prospectiva”.

El análisis fue elaborado hace aproximadamente 10 años; no obstante, dicho porcentaje aún sigue igual: solo el 10% de los alimentadores cuenta con rampa. Por tanto, los avances en el alimentador parecen haberse congelado en el tiempo. Esto ocurre a pesar de que la Ley N.° 29973 (Ley General de la Persona con Discapacidad) establece que, desde el 2014, el transporte público debería adecuarse para las personas con discapacidad de manera progresiva.

Estación Naranjal del Metropolitano. Foto: La República

¿Y cómo se traduce ese 10% en número de vehículos? Un conductor del Metropolitano, quien prefirió utilizar el nombre de Pedro por seguridad, comentó a La República lo siguiente:

“Solo hay un bus por cada paradero, un bus para personas con sillas de ruedas”.

Por tanto, si existen aproximadamente 23 rutas, entonces, el Metropolitano solo contaría con 23 alimentadores accesibles. Una cantidad claramente insuficiente para María Montenegro: “En Collique, cuatro personas utilizamos sillas de ruedas y solo hay un bus, un bus para los cuatro…”.

Usuarios esperan hasta 2 horas: ¿un derecho deficiente?

El caso de María Montenegro no es aislado. “Un día llegué a Naranjal justo cuando el carro con rampa arrancó. Tuve que esperar que el mismo carro llegara a Collique y vuelva a Naranjal para poder subir y llegar a mi casa”, contó Marlon Saldaña, un joven que se dedica a vender golosinas en el Centro de Lima.

En dicha ocasión, Marlon permaneció casi dos horas en el paradero. En un día de suerte, según menciona, aguarda media hora, pero, en reiteradas ocasiones, como aquella vez, este tiempo se triplica.

En palabras del fiscalizador Peralta, Conadis no maneja un reporte sobre dicha variable. “No hemos hecho hasta el momento la evaluación de los tiempos de espera de las personas con discapacidad física, pero consideramos que es importante y vamos a iniciar acciones”, enfatizó.

Por tanto, únicamente los testimonios de los mismos usuarios hacen una radiografía sobre la grave situación de los alimentadores del Metropolitano.

“Imagínate si hay alguien que va para Puente Piedra, cuánto demoraría para subir a un bus… Solo hay un carro”, enfatiza Pedro, conductor del Metropolitano.

“Los choferes del Metropolitano a veces no te recogen”

Las historias de María y de Marlon coinciden en una realidad aún más cruda. Ambos denuncian que algunos conductores del alimentador se han negado a llevarlos. Esto, a pesar de que el bus con rampa sí estaba operando.

“Más bien, con los choferes del Metropolitano sí he tenido problemas porque hay veces que no te recogen. Ellos dicen que llenarán el gas, aunque los carros están habilitados. A una persona con discapacidad deberían darle prioridad; sin embargo, ellos dicen que tienen que llenar su gas”, reveló Marlon.

En tanto, Maria relató lo siguiente: “A veces viene el bus con rampa (...) y dicen los choferes que llenarán el gas. Y tengo que esperar otra vuelta, dos horas o tres horas más”.

Personas con discapacidad en el Metropolitano

Aquí una pregunta salta a la palestra: ¿es válida la justificación del suministro de combustible?

Para Clemente Peralta, esa situación es imposible, ya que “está prohibido que una unidad de transporte público abastezca combustible con pasajeros” porque “es una falta administrativa”.

En ese sentido, dicho accionar podría tipificarse como una infracción grave. Esto ocurriría si se llegara a determinar que los conductores se negaron a brindar el servicio a una persona por su condición de discapacidad. Según la Ley N.° 29973, la sanción contemplaría una multa de 7 a 9 UIT (de S/ 32.200 a S/ 41.400).

No obstante, en palabras de Peralta, aún no existe “una condena al respecto porque no ha habido denuncias específicamente de estos temas”.

¿Capacitan a los choferes de los alimentadores?

En la plataforma virtual del Metropolitano se asegura, de manera enfática, que cuentan “con personal de campo que es instruido permanentemente para prestar atención inmediata a los usuarios que presenten alguna discapacidad, ya sea motriz, auditiva o visual”.

Empero, cuando se le consultó al chofer sobre la periodicidad de estas capacitaciones, este aseguró que solo recibió un reforzamiento:

Nos dan charlas al inicio, cuando entramos, para usar la rampa para las personas con sillas de ruedas” (...) Solo una vez, de ahí nos dan charlas constantes sobre señales de tránsito.”

¿Será suficiente brindar solo una capacitación? Esta declaración evidencia todo lo contrario:

“A veces los choferes (...) maltratan a las personas con discapacidad. Tienen que capacitarlos, no pueden meter a cualquier persona”, acusó María Montenegro.

Maria, Marlon y un millón de personas más

Los testimonios de María y de Marlon reflejan que el servicio de los alimentadores del Metropolitano presenta serias deficiencias. Sin embargo, no solo ellos conviven con esta problemática.

En el Perú, según la Encuesta Nacional Especializada sobre Discapacidad (Enedis 2012-INEI), el número de personas con discapacidad asciende a 1 millón 575.402. Y, de esta cantidad, solo 289.108 ciudadanos se encuentran inscritos en el Registro Nacional de la Persona con Discapacidad (RNPCD), tal como indica el Anuario Estadístico 2019 del RNPCD del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

A manera general, el 53% de la población con discapacidad se desplaza a pie; el 38,2% en transporte público; el 28,6 en taxi; y el 24,6 en mototaxi. ¿Pasarán los años y la ATU seguirá disponiendo del 10% de la flota de alimentadores para unidades con rampas? El camino se tiñe de gris y no parece cambiar de color en un futuro cercano.

La República intentó comunicarse con la ATU para que se pronuncie sobre el caso, pero hasta el cierre de este informe no se obtuvo respuesta.