En total, dos horas, tres buses y una larga caminata es lo que debe atravesar todos los días la pequeña Carolina para llegar desde Jicamarca, San Juan de Lurigancho, hasta la Costa Verde y así poder practicar —por varias horas— su deporte favorito: el patinaje.
“Con estos patines, yo voy a representar al Perú. Es un sueño que he tenido desde chiquita. Me encanta patinar, pero cuesta mucho esfuerzo ir desde el colegio hasta la (avenida) Brasil, y hasta el patinódromo”, expresó entre lágrimas la menor a América TV.
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En el país, solo existe un patinódromo y está en Lima; sin embargo, en el distrito de SJL, distintos clubes de patinaje vienen formando semilleros de niños y adolescentes. Aunque hay mucho talento, no existen las herramientas necesarias para que puedan entrenar de manera competitiva.
“Aquí en Perú hay muchos niños buenos, pero no existen las condiciones para explotar eso (...) Solo en Bogotá hay 12 pistas en una capital, aquí solo hay una y es para todo el país”, señaló el entrenador Óscar Bernal.
De esta manera, para que los menores lleguen a la hora oportuna a sus prácticas, deben almorzar y hacer sus tareas en el transporte público. Asimismo, a la hora del entrenamiento, ellos suelen patinar con rodilleras y otros complementos en mal estado. También tienen que afrontar la alta demanda que hay por el patinódromo, ya que en su barrio no pueden practicar en condiciones adecuadas.
“Están entrenando niños desde los 7 años, compartiendo pista con la selección de Perú, que nos representa en distintos campeonatos. Sí, nosotros vemos que es peligroso. Es peligroso combinarlos y tenerlos de esta manera, puede haber un accidente”, agregó Bernal.
Lautario es un entusiasta adolescente de 14 años que, en lo que va del 2022, ya ha ganado cuatro premios en este deporte y está a punto de convertirse en el campeón nacional en su categoría. Pero si llega a triunfar en dicha competencia, no contaría con los recursos económicos para poder costear su viaje a Colombia.
El menor asiste a la escuela, cocina para su familia y luego va a prepararse para cumplir su sueño de representar al Perú. No obstante, al regreso, el cansancio provoca que se quede dormido en el Corredor Morado.
“Él tiene un viaje a Colombia, la verdad es que no tenemos los medios económicos. Él hace sus polladitas y le colaboramos para lo que él necesita, pero le falta”, relató el tío de Lautario.
Ante este panorama, los padres de familia exigen que se les apoye y se construyan más pistas profesionales de patinaje para los pequeños deportistas.