Durante la última semana, el candidato a la alcaldía de Lima por Renovación Popular, Rafael López Aliaga, aseguró que si sale electo en la próxima contienda municipal del 2 de octubre, instalará playas artificiales en los distritos de Ate Vitarte y San Juan de Lurigancho al mismo estilo que lo hizo el país vecino de Chile. Pero ¿realmente es viable construir esta obra y, sobre todo, satisface una necesidad entre los vecinos de los sectores en cuestión?
“No es floro porque existe, yo he estado en Chile. Cuando estás lejos del mar, creas una zona trayendo arena, se pone carpas, sombrillas y creas una playa”, sostuvo López Aliaga en una entrevista a Latina.
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La construcción, a la que hace referencia el aspirante a la alcaldía, se trata del complejo vacacional San Alfonso del Mar, ubicado en la ciudad de Algarrobo, a 90 kilómetros de Santiago y que es una de las piscinas artificiales más grandes del mundo, dado que tiene una extensión de 1.012 metros de largo, así como 35 metros de profundidad. Con un área total de 8 hectáreas, es más grande que 20 albercas olímpicas juntas.
San Alfonso del Mar, Chile. Foto: Swimchile
Este fue un proyecto que demoró más de cinco años en ser culminada y que mantenerla tiene un costo de entre 2.5 a 3.2 millones de euros anuales. Asimismo, la inversión total ascendió a 1.200 millones de euros, según un informe del Daily Mail.
Ante este panorama, La República consultó con Rodolfo Castillo, arquitecto especialista en urbanismo y planificación, para conocer si es posible tener este tipo de centros recreativos en los mencionados distritos limeños.
De acuerdo con el entrevistado, es importante resaltar que el concepto de playa no podría ser aplicado en su totalidad en el Perú, dado que —en el caso de SJL— no hay mar ni un río, por lo que el candidato debe estar haciendo referencia a una serie de piscinas como sucede en Algarrobo.
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Sobre la viabilidad de la propuesta, Castillo mencionó que para poder tener un aproximado del costo total, se necesitan más detalles de la obra, como el aforo u otras características. Sin embargo, es muy probable que se requiera de un alto presupuesto, sobre todo, al tenerse en cuenta la inversión del país vecino.
“Este tipo de instalaciones con arena y olas artificiales es una enorme inversión que la pueden sufragar países que tiene mayor desarrollo relativo que el nuestro, como puede ser Japón o, inclusive, Chile. Pero en el caso del Perú estas serían construcciones sumamente caras”, explicó.
Por otro lado, de acuerdo con el arquitecto, Ate y San Juan de Lurignacho son espacios que sufren de un déficit de zonas con vegetación, por lo que el alcalde electo debería priorizar reducir estas brechas antes de plantear este complejo de piscinas. “Lo que se gastaría en construir este tipo de equipamientos se podría utilizar para acondicionar parques o recuperar zonas de espacios naturales como lomas, humedales, entre otros”, dijo.
“En cuestión de urbanismo siempre hay otras necesidades mucho más urgentes en la ciudad, como el tema de transporte, que es crítico en Lima. Luego está la seguridad ciudadana, la creación de áreas verdes, recreativas o espacios públicos para la ciudad”, finalizó.
Las playas artificiales son tipo un parque temático donde se recrea una playa con arena blanca y con aguas cristalinas. Además, tiene su propio sistema de olas. En diferentes partes del mundo, existen estas construcciones.