Viernes 12 de agosto en la noche. Jirón Cordillera del Cóndor, con la avenida Huancané, Juliaca, una de las ciudades más importantes de Puno. Dos vecinos detectan dos delincuentes listos para robar una casa y un vehículo estacionado. Avisan por Whatsapp a los integrantes de la ronda para intervenir. Los demás vecinos salen de sus casas con palos, chicotes y gasolina al encuentro de los hampones. Los detienen y amenazan quemarlos vivos.
Efectivos de la Policía Nacional evitan el ajusticiamiento. Esta reacción no es aislada. En la ciudad se conformaron 75 juntas vecinales. La mayoría amenaza defenderse apelando a este método. Se sienten desprotegidos ante la delincuencia común y el crimen organizado. No confían en la Policía. Más bien la acusan de actuar en complicidad con los criminales. Solicitaron al Ministerio del Interior el cambio de los altos mandos.
“Hay buenos policías. Pero no hay confianza en la mayoría. Hacen operativos para cobrar, para sacar plata, pero no para que las cosas se corrijan. Por eso ahora vamos actuar drásticamente para que los señores, acostumbrados a robar y asaltar, piensen antes de actuar”, dice Leonel Mamani, dirigente de la salida Huancané en Juliaca.
“Inteligencia urbana”, así llaman a su forma de intervenir a los delincuentes. Lo pusieron en práctica el lunes 08 de agosto. No solo hay delincuencia común, también crimen organizado, bandas que llegan a la ciudad atraídos por el dinero del narcotráfico, minería informal y contrabando. Muchos de esos dineros no están en los bancos sino en viviendas particulares, dice la Policía.
Amenazante frase en una urbanizacion ubicada a la salida a Huancane hace pensar dos veces a todo malhechor que piense delinquir en esta zona. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República
Los dirigentes aceptaron organizar las rondas urbanas ante el compromiso de Ramón Ramos Guerra, gerente de prevención, seguridad del municipio de Juliaca, de atender las emergencias y advertencia de peligro.
Ramón Ramos sostiene que este método da resultados positivos. Recordó que el viernes 12 de agosto evitaron la violación de un menor de 12 años en la salida Lampa. Serenazgo atiende 60 emergencias entre denuncias de peleas, robos a personas en estado de ebriedad, peleas callejeras y avisos de personas sospechosas.
“Los amigos de lo ajeno están organizados. Saben nuestros movimientos y por eso hemos visto la necesidad de organizarnos así”, dijo Ramos Guerra.
Sin embargo, los vecinos de las zonas periféricas y miembros de las rondas urbanas, no están dispuestos sólo a informar al serenazgo. Están empecinados en darles un escarmiento a los delincuentes para que en el futuro duden en cometer un atraco.
En varios puntos de la ciudad de Juliaca se colocan avisos y carteles, advierten que la captura de algún delincuente terminará en ajustamiento popular o linchamiento. Hay pintas en las zonas periféricas de la ciudad, que son los puntos más peligrosos.
“No nos queda de otra. Como el Estado no nos garantiza seguridad, entonces nosotros vamos a actuar de nuestro modo. Uno trabaja años para conseguir algo y estos señores nos roban todo en minutos. Eso no es posible. Lo peor es que cuando vamos a denunciar el policía nos piden para la gasolina porque dicen que el patrullero está seco. “, dijo Rogelio Vilca, dirigente de la salida Cusco.
Según personal de la División de Investigación Criminal de Juliaca, los delincuentes después de perpetrar sus crímenes, abandonan la ciudad. Es imposible capturarlos. Hubo varios exhortos para que intervenga el Ministerio del Interior. Pero todo indica que Juliaca no es prioridad.
Mujeres integrantes de las rondas urbanas de San Roman - Juliaca, muestra en sus manos chicote aleccionador. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República
Si el Estado no adopta medidas frente a la decisión de los vecinos de organizarse por su cuenta, las cosas podrían salirse de control.
Hace años también se incrementaron los robos. La ciudadanía se organizó y equivocadamente linchó vivo al hijo de un fiscal. El Ministerio del Interior tiene que ser igual o más eficaz que la forma en que se están organizando las rondas urbanas. No está bien linchar a una persona. Pero hay que reconocer que el sistema de justicia y el sistema policial, están fallando. Peor aún en un contexto en que la Policía Nacional, no goza de la confianza de la ciudadanía. Está bien la organización ciudadana, pero se pueden salir las cosas de control”.
Miembro del serenazgo de Juliaca realiza rondas cotidianas en una de las zonas mas peligrosas de dicha ciudad. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República
Loza deportiva donde muchos menores participan, vecinos de la zona reclaman camaras de seguridad. Según contaron, en las noches roban en autos. Foto: Juan Carlos Cisneros/La República
Un niño juega inocentemente donde al llegar la noche se convierte en tierra de nadie y se lle en sus paredes "Muerte a los rateros". Foto: Juan Carlos Cisneros/La República
En gran parte de la periferia se dejan ver muñecos colgados en los postes en señal de advertencia para el delincuente foráneo y propio. Son las juntas vecinales quienes cumplen con esta labor "preventiva". Foto: Juan Carlos Cisneros/La República