Cada noche, antes de dormir, Nelly C., reproducía en su celular un audio con la voz de su hija. Luego le daba la bendición y rogaba a Dios para que en sus sueños la pudiera volver a abrazar. Su hija, de 18 años, había sido víctima de una red de trata de personas.
“Me gusta amar y vivir, sacar adelante a mi familia”, se escucha en la grabación que esta madre guardaba como un tesoro.
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Ese audio era de las pocas cosas que la ayudaban a aliviar el dolor que la oprimía desde el 4 de febrero, cuando denunció que su hija había sido captada en una agencia de empleos, en Ate, para prestar servicios como cocinera en Puerto Maldonado (Madre de Dios).
Ayudar era el lema de su vida, su tierna sonrisa la llevaba a cada obra de caridad que realizaba. Los captadores se aprovecharon de esas virtudes. Le solventaron su pasaje aéreo y, al llegar a su destino, fue trasladada a La Pampa, en el kilómetro 108 de la carretera Interoceánica.
Poco después, Nelly recibió una llamada telefónica, a través de la cual su hija, mientras lloraba, le pedía que la rescatara porque era víctima de explotación sexual. El hecho fue comunicado al fiscal provincial contra la trata de personas de Madre de Dios.
Personal de la División de Investigación de Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes viajó a Puerto Maldonado con la misión de rescatar a la joven. Ese mismo día, los detectives confirmaron que la víctima había fugado del lugar donde estuvo retenida. Al ser ubicada, contó la pesadilla que vivió.
Según cifras oficiales del Ministerio Público, durante el año 2021, un total de 2.611 peruanas y peruanos fueron víctimas de trata de personas. De esa cifra, el 83% (2.163) fueron mujeres y el 25% (651) menores de entre 6 y 17 años. Ni siquiera la pandemia pudo frenar esta actividad ilegal.
Pese a la cantidad de víctimas registradas en el último año, solo hubo 72 sentencias condenatorias y 23 absolutorias. La situación impacta en los afectados, no solo porque ven sus proyectos de vida truncados —en muchos casos de manera permanente—, sino porque además no logran el acceso a la justicia.
“A la impunidad, se suma que no existe un registro único de víctimas de trata de personas. No existe un canal que sistematice las estadísticas y el impacto de las distintas modalidades del delito”, enfatizó Ricardo Valdés, director ejecutivo de CHS Alternativo.
Y es que, pese a que el Ministerio Público registró 2.611 víctimas de trata de personas en 2021, la Policía Nacional solo recibió 535 denuncias por ese delito en el mismo periodo. Cifras muy diferentes.
Mercedes Arce, directora de Programas y Proyectos de CHS Alternativo, refirió que otra problemática que afecta la lucha contra la trata de personas es que no hay un enfoque centrado en la víctima cuando esta es rescatada.
“La víctima es puesta en albergues o en casas de acogida, donde no siempre se garantiza que lleve un proceso de recuperación y reinserción. Además, cuando es retirada, en muchos casos retorna a su familia, donde están sus victimarios, quienes hacen que vuelva a caer en manos de los tratantes y al círculo de donde escapó”.
Arce agregó también que la data oficial de los afectados se orienta solo a las denuncias, pero no hay un registro de lo que pasa después de su rescate y supuesta recuperación. “Por ejemplo, cuántas de estas 2.611 víctimas pudieron ser rescatadas y reinsertadas, cuántas cambiaron su vida o regresaron con sus tratantes, eso no lo sabemos”, mencionó.
Es preciso recordar que, según datos del Ministerio Público, los casos denunciados de trata de personas ocurren mayoritariamente en Lima (21,3%), Madre de Dios (9%), Loreto (7,5%), Puno (6,6%) y Cusco (5,4%).
Las finalidades más recurrentes de este delito son la explotación sexual y laboral. Sin embargo, también pueden tener como objetivo la venta de niños, la mendicidad o la extracción o tráfico de órganos y tejidos humanos.
Ante este escenario, y en el Día Internacional de la Lucha contra la Trata de Personas, que se recuerda cada 30 de julio, CHS Alternativo, en alianza con una empresa privada, impulsa la campaña “La trata de personas es explotación humana. ¡No la permitas!”, una iniciativa cuyo objetivo es informar a la ciudadanía para que pueda identificar, prevenir y denunciar casos de este tipo.
Ricardo Valdés hizo énfasis en que debe quedar claro que “la trata de personas es la explotación de un ser humano por otro ser humano que lucra y se beneficia económicamente”.
Asimismo, añadió que la víctima muchas veces no es consciente de la situación de explotación que está ocurriendo con ella, puesto que “existe un aprovechamiento por una serie de condiciones de vulnerabilidad que tenía. Muchas de las víctimas han caído en manos de tratantes con una falsa oferta de trabajo e, incluso, llegan a establecer una relación con su explotador”, aseveró Valdés.
Si eres o conoces a alguien que es víctima de trata de personas, puedes denunciar llamando al número 1818. También puede realizarse presencialmente en la comisaría más cercana. Los efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) se encuentran en la obligación de recibir su denuncia y prestar su apoyo inmediato.