Tras 13 días de retención, las rondas campesinas de Chillia liberaron a siete mujeres y un hombre tras ser acusados de hechicería y otros actos contra la comunidad. El defensor del Pueblo de La Libertad, José Luis Agüero Lobatón, contó a La República cómo sucedieron los hechos durante estos días.
“El 6 de julio, la Defensoría del Pueblo toma conocimiento que dos mujeres fueron retenidas por las rondas campesinas de Chillia, en la provincia de Pataz. En ese momento, nos comunicamos de inmediato con el subprefecto de la zona y el presidente de la ronda, quienes confirmaron ello. A pesar de las exhortaciones, nos comunicaron que estaban cumpliendo una sanción de cadena ronderil”, mencionó.
En esa línea, la Defensoría se comunicó con los familiares por este hecho y se buscó el apoyo tanto del Ministerio Público como de la Policía Nacional del Perú.
“Con eso, generamos que se presente un habeas corpus por parte de los familiares al juez de la zona. Con estas solicitudes, las autoridades buscaron a las personas, pero las tenían trasladando de comunidad en comunidad y no pudieron comunicarse con ellas”, acotó.
El funcionario también mencionó que las personas retenidas sufrieron una serie de maltratos y actos humillantes que quedaron registrados en fotografías y videos que tenían los familiares de las víctimas.
“Hubo maltrato, actos humillantes. En el caso de tortura, fue contra dos mujeres, conforme las fotos y videos. Los ronderos recién iban a soltarlas el miércoles, ya que querían que termine la sanción; sin embargo, tras una reunión ejecutada en la madrugada, los liberaron”, indicó.
El defensor precisó que, por ahora, las familias no quieren hablar sobre la situación ante el miedo de posibles represalias. “Esperemos que, en los próximos días, ya puedan entablar conversación con la confianza del Ministerio Público”, dijo.
Por último, la Defensoría aseguró que hará seguimiento a las investigaciones. Asimismo, recordó que “ninguna institución o gremio puede vulnerar los derechos humanos de una persona”.