La autopista Ramiro Prialé es una megaobra de 20 kilómetros de extensión que busca unir Lima y Chosica desde 1990. El proyecto se trata de una vía rápida de dos carriles por sentido que sería una alternativa a la congestionada Carretera Central.
Sin embargo, esta se encuentra truncada a pesar de las diferentes gestiones municipales que han ido pasando a lo largo de tres décadas. Con ello, se ha generado que más de un millón de habitantes de Lima Este se vean perjudicados a la hora de movilizarse hacia el centro de la capital.
Los vecinos y transeúntes de El Agustino, San Juan de Lurigancho, Lurigancho, Chosica, Huarochirí y Chaclacayo suelen ser los más desfavorecidos debido al intenso tráfico que deben soportar todos los días a la hora de ir a sus centros de estudios o trabajo.
Pobladores de Chaclacayo mencionaron a este medio que el tiempo promedio de viaje hasta el Centro de Lima es de tres horas. El tramo que recorren presenta puntos de embotellamiento en la Carretera Central, dado que no hay más vías alternas en dicha dirección.
“Si no sales antes de las 6.00 a. m., es imposible llegar a tu destino a tiempo. Ya a las 7.00 a. m. es un caos”, señaló una de las habitantes de Chaclacayo, que prefiere movilizarse en colectivos pagando 20 soles diarios, en una entrevista hecha por La República.
De acuerdo a la sentencia del TC, esta ley vulnera los “derechos a la vida, a la integridad y a la salud”, pero fue declarada constitucional porque no se alcanzaron los cinco votos requeridos para aplicar su inconstitucionalidad. Foto: Jorge Cerdan.
Si bien es cierto que este proyecto fue concebido en el segundo gobierno de Fernado Belaúnde y durante la primera gestión de Alan García, esta no fue retomada hasta la administración de Susana Villarán; sin embargo, ni ella ni Luis Castañeda continuaron con la autopista.
En esa línea, en el año 2017 se paralizaron todos los avances y no fue hasta la llegada de Jorge Muñoz que se habilitó, sin asfaltar, un pequeño tramo. No obstante, la Fiscalía inició diligencias preliminares contra el ex alcalde por haber gastado 15 millones en dicha obra temporal, que fue realizada sobre una área ya concesionada.
Asimismo, una de las principales razones por las que la autopista no está concluida es que, hasta la fecha, no se han liberado los terrenos por donde debería estar trazada la vía. Por ese motivo, las negociaciones con los propietarios de las parcelas siguen en pausa.
Cabe resaltar que, en el 2013, durante la gerencia de Susana Villarán, se firmó el contrato de concesión entre la MML y el consorcio Rutas de Lima (entonces liderado por Odebrecht) para esta obra, que ofrecía ser una nueva alternativa a la Carretera Central.
Es así que, cuando asumió Castañeda Lossio, su administración ya se encontraba retrasada con las fechas de entrega de los terrenos por donde debía pasar esta autopista. Empero, hasta febrero del 2017, la entidad local había liberado más del 90% de las parcelas afectadas.
Es importante señalar que el convenio con Rutas de Lima cuenta con una vigencia de 30 años y, a pesar de ello, la Empresa Municipal Administradora de Peajes de Lima (Emape) convocó a un concurso público para dar mantenimiento al cuestionado tramo sin asfaltar.
Son varios los problemas que no se han podido solucionar desde hace varios años. Algunos de ellos son los siguientes:
No obstante, los desacuerdos entre la comuna limeña y la concesionaria también han impedido el progreso de la vía. Por su parte, Rutas de Lima indica que, hasta que los terrenos no estén liberados, no podrán solicitar financiamiento y concluir la obra. Por su parte, la MML señala que no está dentro de su labor realizar las negociaciones con los pobladores.
Culminar el proyecto Vías Nuevas de Lima tiene un total de inversión previsto de 943 millones de soles.
Infografía-La República