“Yo lo rescaté de la muerte y él me rescató de la depresión”. Naomi Sotillo pasa por uno de los peores días, ya que teme que su querida mascota, el gallo Claudio, sea arrebatada de sus manos. Detalla que personal de Fiscalización de la Municipalidad de Jesús María ha inspeccionado al ave desde agosto del 2021.
En dicho mes llegaron los de Sanidad y verificaron que el gallo vivía en buenas condiciones. Sin embargo, en noviembre comenzaron a enviarle las actas de inspección por ruidos molestos.
Esta mascota fue rescatada hace un año y tres meses de un basural cuando era un polluelo. Sotillo lo curó, alimentó y ahora vive junto a su madre y abuela. “Me hace feliz día a día, cuando canta, cuando se echa encima mío, cuando vamos a pasear”, manifiesta su dueña.
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En el informe final de la infracción que le remitieron calificaba una multa de 920 soles, además de la reubicación del gallo.
“En diciembre me llegó mi tercera acta, pero yo estaba diciendo por qué si yo tengo todo en regla. Tengo las firmas de mis vecinos, el sello, está todo conforme. No vive mal, hasta tengo el sello de sanidad. Y me dijeron: ‘No, ahora —como es la tercera acta— procede la multa de 920”, detalla a Latina.
Representantes del área de la Municipalidad de Jesús María señalaron que la multa todavía no ha sido colocada. Según Luis Rivera, subgerente de Fiscalización y Control, se ha dado un plazo de cinco días para que la joven regularice sus papeles, entre estos se encuentran documentos en los que los vecinos afirman estar de acuerdo con la presencia de su mascota.
“Acá ponen ‘de acuerdo’, pero no ponen a qué, de acuerdo a qué”, precisa.
Si tuviera las firmas de los vecinos con las especificaciones, Naomi Sotillo podría quedarse con el gallo como mascota.
Además, deberán adecuar un lugar en el que duerma el ave para que sus cacareos no molesten a los vecinos en la noche. Una posible solución es acondicionar una caja acústica.