Persisten en su pedido. Las comunidades de Fuerabamba y Huancuire del distrito de Challhuahuacho, en la región de Apurímac, vuelven a poner sus condiciones para iniciar el proceso de diálogo con el gobierno y superar el conflicto minero en Las Bambas que se arrastra hace más de dos semanas.
En una carta remitida al premier, Aníbal Torres, los presidentes de ambas comunidades, insisten en que la cita sea en la comunidad de Pumamarca del distrito de Tambobamba. Ello tras un acuerdo al que arribaron sus dirigentes en horas de la tarde de ayer.
El último viernes, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) había remitido un documento a Fuerabamba y Huancuire para fijar que la reunión de este 10 de mayo sea en Tambobamba debido a que las condiciones eran mucho mejores.
Sin embargo, no es el único condicionamiento de las comunidades. Esta vez la carta remitida ayer sábado al premier Aníbal Torres es además firmada por otras cuatro comunidades campesinas que no estaban consideradas inicialmente en este proceso de diálogo, como es el caso de Chuicuni, Pumamarca, Choaquere y Chilla. Todas ellas también participaron de la reunión ayer con Fuerabamba y Huancuire. Sin embargo, días atrás, el presidente de Fuerabamba, Edison Vargas, ya había adelantado que el gobierno debía de tratar con todos y no solo con ellos. Hasta el momento, la PCM aún no se ha pronunciado si acepta ir o no a Pumamarca y también si considerará al resto de las comunidades.
En el documento, se refiere que la minera MMG Las Bambas mantiene agendas pendientes con el resto de las comunidades y también con el Estado. Por lo que arguyen de la necesidad de su participación a fin de arribar a una solución integral al conflicto generado alrededor del proyecto minero.
En horas de la mañana de ayer y antes de responder a la PCM, el presidente de la comunidad de Huancuire, Romualdo Ochoa, ya había adelantado a este medio que no aceptarían ir a otro sitio que no fuera Pumamarca, aunque no dio mayores explicaciones . Lo propio el presidente de Fuerabamba, Edison Vargas, había manifestado que preferían conversar dentro de sus comunidades. En horas de la tarde ninguno de ellos respondió a nuestro llamado.
De otro lado, en la misma carta que envían y responden al premier, acusan a la PCM de su poca predisposición en solucionar el conflicto.
Por el contrario se impulsaría una campaña de desprestigio contra ellos. “Desde la misma PCM se intenta impulsar una campaña de desprestigio para dar a entender que, si no se materializa el diálogo, se debe única exclusivamente por culpa de nuestras comunidades”, señala el escrito.