Casi 32 años después de su muerte a manos del grupo terrorista Sendero Luminoso, María Agustina Rivas, conocida como Sor ‘Aguchita’, fue beatificada por orden del papa Francisco, en una ceremonia realizada en el mismo lugar donde fue asesinada: el centro poblado La Florida, en Perené, Junín.
Hasta el lugar llegaron autoridades eclesiásticas, entre ellas el cardenal Baltazar Porras, arzobispo metropolitano de Mérida y administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, Venezuela, así como delegado del Papa para esta misión; trabajadores de la municipalidad y familiares de la religiosa.
Entre estos últimos estaba la hermana de ‘Aguchita’, María Rivas, quien llegó de Estados Unidos y dijo sentir orgullo de estar en el lugar y agradecimiento por la presencia de autoridades y pobladores.
“Ella ha sido siempre una persona tan generosa, llena de virtudes, ayudando todo lo que podía a todos los feligreses y más necesitados, sobre todo a los niños y a las madres solteras, y a todos en general”, dijo a La República, al evocar a Agustina en vida.
Beatificación Aguchita
Y en diálogo con este medio, el cardenal Baltazar Porras señaló que presidir la ceremonia era ‘’un regalo’' que le trajo alegría. Agregó que la vida de Sor ‘Aguchita’ es un ejemplo no solo en el continente, sino que ‘’va mucho más allá'’.
En la celebración, que tuvo lugar en la plaza de armas de La Florida, el purpurado leyó el decreto firmado por el Papa y añadió que estar presente era ‘’una gracia muy especial’'.
Decenas de personas pudieron oír las palabras del cardenal, entre ellas Julio César Yliquín, sobrino nieto de Sor ‘Aguchita’. Él viajó desde Lima con los recuerdos que le contaba su mamá de cuando visitaban a la religiosa en Perené.
“Me tuvo entre sus brazos, me bendijo y, cuando me volvió a entregar a mi madre, dijo ‘no te preocupes, va a ser un niño con suerte’. Me dio la bendición”.
Julio César también se mostró feliz de haber podido viajar a Junín junto a su familia, como su otra tía abuela María Rivas.
“Ella siempre quiso juntar a la familia, amigos y congregaciones. Es lo que siempre buscaba con sencillez y humildad”.
Familiares Agustina Rivas
Sor ‘Aguchita’ nació en Coracora, Ayacucho, en 1920. Al cumplir 14 años llegó a Lima y estudió en una escuela dirigida por la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, a la cual tiempo después decidió ingresar.
En 1988, cuando la violencia terrorista golpeaba con fuerza el país, principalmente las zonas rurales, fue enviada a la comunidad de La Florida, donde se dedicó a ayudar a toda persona que lo necesitara.
Eso fue recordado ayer durante la ceremonia de beatificación. Se resaltó que Sor ‘Aguchita’ era consciente del riesgo que corría; sin embargo, decidió quedarse en el lugar. El 27 de setiembre de 1990, Sendero Luminoso ingresó a la comunidad y asesinó a siete personas, entre las que se encontraba la ahora beata, quien tenía 70 años.
Es por ese motivo que el papa Francisco reconoció la muerte in odium fidei (en odio a la fe) de Sor ‘Aguchita’ y firmó el decreto reconociéndola como beata de la Iglesia católica.
Monseñor Gerardo Anton Zerdín, obispo Vicario de San Ramón, señaló a La República que la búsqueda de la beatificación de Sor ‘Aguchita’ comenzó el 2017 y concluyó el 22 de mayo del 2021.
Explicó que el proceso se basa en testimonios de distintas personas, los cuales se resumen en un documento y se envía a la Santa Sede.
Agregó que cada vez que viajaba hacia allá aprovechaba para juntarse con las autoridades de la Congregación de la Causa de los Santos y consultarles cómo iba el proceso.
‘’Gracias a Dios (el proceso) ha ido bastante rápido. Del 2017 al 2021 es muy rápido porque a veces son décadas enteras (de espera)’’, manifestó contento.