Colegios públicos y privados deberán dictar clases con presencialidad plena desde la próxima semana; es decir, con la asistencia en el mismo local de los alumnos y docentes; en el horario regular. Solo habrá servicio a distancia en casos excepcionales, como en la implementación de cuarentenas o para quienes tengan comorbilidades.
Esto se desprende de la resolución ministerial 186-2022 Minedu, publicada el miércoles, la cual deroga la disposición que regía el retorno a las escuelas desde el 14 de marzo y aprueba nuevas medidas. En estas últimas, ya no figura la modalidad semipresencial, ni el distanciamiento de un metro entre alumnos, cuya aplicación entra en vigencia el 1 de mayo.
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Dicha norma, a diferencia de las anteriores, permite abrir quioscos, cafeterías o comedores, siempre que estos cuenten con agua, desagüe y electricidad. Ahí los alumnos no deberán compartir alimentos, ni utensilios y solo podrán sacarse la mascarilla para consumirlos.
También habilita la distribución de alimentos del programa Qali Warma para que sean consumidos en la misma escuela. No obstante, la apertura de estos espacios y la preparación de los alimentos dependerá del director del colegio, quien decidirá con base en su autonomía.
Dichas medidas alcanzan a más de 110.000 colegios de educación básica regular, alternativa y especial, rurales y urbanos.
Pero algo se mantiene: cuando haya un caso sospechoso o confirmado de COVID-19, queda suspendida la presencialidad en el aula y pasa a cuarentena.
Se alistan. En el José Encinas (Santa Anita) hacen planes pilotos en aulas con alta vacunación. Foto: John Reyes/ La República
Esto último lo cuestiona José Carlos Vera, exdirector de gestión descentralizada del Minedu, quien considera que ello aún limitaría potencialmente la presencialidad. “La suspensión de toda el aula no se da en ningún contexto o país porque el nivel de contagios está bajando”. Plantea que solo debería dejar de ir el menor afectado para no paralizar las clases y que un salón podría entrar en cuarentena de una semana al registrar el 25% o 30% de contagios, tal cual ocurre en países como España.
No obstante, sí destaca otras nuevas disposiciones, que en la práctica significarían que los alumnos acudan los 5 días en horarios completos. “Sin embargo, probablemente por sus condiciones, algunas escuelas lo harán de forma gradual. Eso no debería suceder, pero, si ocurre, los directores deberían fijar un plazo y la UGEL ayudar”, precisó. También considera oportuno que la modalidad a distancia figure como un complemento, a través de Aprendo en casa o el uso de tablets.
Por otro lado, el también sociólogo subrayó la necesidad de contar con estadísticas actualizadas del avance en el retorno a los colegios y que se recupere lo obtenido en experiencias como Aprendo en comunidad. “De la norma extrañé que no se plantee temas sobre cómo la escuela puede convertirse en un nuevo ecosistema de gobernanza colaborativa. Muchas enseñanzas pueden integrarse en el espacio público y comunidad”, concluyó.
Después de dos años de educación virtual por la pandemia de la COVID-19, los alumnos podrán volver a las aulas. Foto: La República