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Sociedad

Las Bambas: una mina rica en cobre y en conflictos sociales

Asedio. Ubicada en Apurímac, la operación minera está en la mira de las comunidades de la zona de influencia. Sino le bloquean el transporte de mineral la invaden. Comunidad de Fuerabamba permutó sus terrenos para permitir la explotación del mineral en 2011. Ahora quiere recuperar esas tierras.

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Asedio. Ubicada en Apurímac, la operación minera está en la mira de las comunidades de la zona de influencia. Sino le bloquean el transporte de mineral la invaden. Comunidad de Fuerabamba permutó sus terrenos para permitir la explotación del mineral en 2011. Ahora quiere recuperar esas tierras.

Enviada especial

“En Nueva Fuerabamba está prohibido morirse”, dice Grimaldo Huachaca. El poblador de esta moderna comunidad ubicada en Chalhuahuacho-Apurímac muestra varios nichos destruidos, daño atribuido a la comunidad de Choaquere que reclama estos terrenos como suyos.

El suceso, que parece una anécdota, es activador de uno de los conflictos sociales más potentes del país que paralizó las operaciones de MMG el miércoles pasado. Esta compañía de capitales chinos explota Las Bambas, la mina que aporta con el 15% de exportaciones de cobre.

Con la suspensión de operaciones, el país pierde más de S/ 5 millones de soles diarios en impuestos no recaudados.

Nueva Fuerabamba es una pequeña ciudad. En 2014, la minera la construyó para reubicar a la comunidad de Fuerabamba que estaba asentada sobre las reservas de cobre.

Tiene 441 viviendas de tres pisos, un mercado, un centro educativo, un establecimiento de salud con ambulancia, calles asfaltadas, un estadio y cementerio. Una residencial de urbe moderna, pero vacía.

En la puerta nos espera Grimaldo. Es una de las pocas veces que permiten el ingreso de la prensa. Grimaldo explica por qué sus paisanos abandonaron el confort aparente de estas casas para invadir la operación minera.

Nichos rotos, inodoros destruidos en el camposanto es el signo de las peleas intestinas con las comunidades de Choaquere y Chila. Estas, hace dos semanas, invadieron áreas libres y de siembra. Al costado de la urbanización, se ven precarias carpas de plástico.

Estos invasores reclaman estas tierras como suyas pese a que están registradas a nombre de Nueva Fuerabamba.

Grimaldo nos lleva al río Choaquere. Se queja de la calidad del agua. “La minera prometió traernos agua de los pukios (manantes), pero no cumplió”, dice. Por eso invadieron. Quieren recuperar los terrenos que permutaron.

Las Bambas paralizada

Challhuahuacho es el distrito más cercano al yacimiento de cobre. De ahí partimos en un vehículo que nos deja en el puente Apurímac. A la zona invadida, Takiruta, se llega en una caminata que dura dos horas.

Estamos sobre los 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Alrededor de 200 carpas se instalaron frente al tajo minero. Algunos ya levantan sus casas con palos y adobe. ”Aquí no queremos a la prensa. Nos dicen antimineros, que solo queremos plata”, vociferan los pobladores.

El presidente de la comunidad, Edison Vargas, más cauto, insiste en que quieren recuperar sus tierras permutadas a la minera. Nueva Fuerabamba no es garantía, afirma, los terrenos los reclaman Chila y Choaquere a pesar que están inscritos a nombre de la comunidad.

No son los únicos reclamos.

El gerente de Asuntos Legales de MMG Las Bambas, Claudio Cáceres, admite que sólo 66 puntos están pendientes, de los más de 200 plasmados en el convenio. Los comuneros aseguran que son más de 100 los no realizados.

Esta historia se remonta a 2011. Ese año, Fuerabamba entregó 4774 hectáreas para construir la mina. A cambio, la compañía les compró 4 200 hectáreas distribuidas en cinco predios. Además, pagó reparaciones individuales por las viviendas y corrales que derruyeron.

Según Cáceres, les abonaron alrededor de S/ 600 millones, hasta más de un millón y medio por comunero titular.

El asesor legal aseguró que desde el 2010 invirtieron más de S/ 700 millones en la comunidad con los pagos individuales y proyectos de desarrollo social. Los comuneros niegan que les hayan pagado esos montos.

“Nuestros padres recibieron desde S/50 mil soles por los corralitos”, responde Vargas.

Fuerabamba se mantiene en sus trece y asegura que solo los sacarán muertos de la zona. Para el excongresista apurimeño, Edgar Villanueva, solo una auditoría de cumplimiento podrá revelar quién dice la verdad. Cuestiona severamente al gobierno y su rol en este conflicto. “No hay que ser ciego. Lo que se quiere es generar caos en zonas mineras. Cuajone no es casualidad, Las Bambas tampoco”.

Las mesas de solución entre minera y las comunidades arrancan el lunes y martes próximos. El desenlace está por verse.

No es el único conflicto que confronta Las Bambas. Meses atrás, las comunidades de Cusco bloquearon el corredor minero del sur, vía que utiliza MMG, para transportar el mineral hasta el puerto de Matarani, Arequipa. Comunidades se quejan de la contaminación. Un conflicto de nunca acabar.

Se pierde S/5 millones diarios por pausa de Las Bambas

Desde el 20 de abril, Las Bambas volvió a paralizar sus operaciones. En Challhuahuacho, los restaurantes, hoteles, proveedores, terminales y lavanderías son afectados. “Estamos preocupados, perdimos el 50% de nuestros clientes y conforme pasan los días, será más. Cómo mantendremos nuestros negocios que viven de los trabajadores de Las Bambas”, comentan los comerciantes.

Otro sector afligido son los ocho mil trabajadores contratados directa e indirectamente por la minera. Ellos temen que luego del adelanto de vacaciones, podrían darles una suspensión perfecta.

Las Bambas es la tercera productora de cobre más importante del país y representa el 1% del PBI peruano, según la Cámara de Comercio Peruano China. Cada día de paralización de sus operaciones representa una pérdida económica de s/5.2 millones para el país, de los cuáles, s/3.2 millones van directamente a la región Apurímac por concepto de canon y regalías.

Se ahuyenta a las inversiones

César Montes De Oca - consultor minero

Se necesita clarificar cuál es la política del gobierno actual respecto a las actividades de industrias extractivas para que los inversionistas sepan y tengan seguridad para bien o para mal. Hoy en día se maneja un tema incierto y lo que se hace es espantar las inversiones. Es la tercera vez que, en un año, Las Bambas anuncia suspensión, por un tema social.

Todo el mundo está aprovechando el caos y la inacción del gobierno para parar las inversiones mineras o pedir cosas que al final se traducen en soles y dólares. Tienen un punto en común que es el plan de gobierno o las propuestas del partido Perú Libre. El fin es que el inversionista se aburra y se retire de la zona para que después los mismos pobladores empiecen a hacer actividad ilegal. Eso va ser perjudicial para todos

Se ha evidenciado que tenemos un Estado débil, que, a pesar de toda la vulneración de los derechos de los demás y a la propiedad privada, no se hace nada.