A través de sus canales oficiales, el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) informó que su personal supervisó la extracción total del PLEM (Pipeline End Manifold) del Terminal Multiboyas n.° 2 de La Pampilla, donde se produjo el derrame de petróleo en las playas de Ventanilla el pasado 15 de enero.
El PLEM es un equipo de colección y distribución submarina, que pesa aproximadamente cuatro toneladas y tiene una longitud de ocho metros, el cual comprende válvulas, tuberías y puntos de conexión para la descarga del hidrocarburo. El aparato se encuentra conectado al buque con el ducto que traslada el petróleo hasta la refinería.
El análisis de esta estructura será importante para saber las causas del desastre ecológico que afectó la fauna terrestre y marina del litoral peruano, así como a cientos de pescadores y otros pobladores costeños que se dedicaban a actividades relacionadas con el mar.
Este viernes 18 de marzo se retiró el PLEM del Terminal Multiboyas N° 2 de La Pampilla, donde se produjo la fuga de petróleo. Foto: Osinergmin
Osinergmin aseguró que estuvo presente en el lugar para verificar la extracción de todas las piezas del PLEM, ubicado a 18 metros de profundidad. La operación involucró equipo para izaje y embarcaciones, buzos encargados de desacoplar la estructura, así como elementos de seguridad como barreras de contención, elementos absorbentes y equipos de succión (skimmers).
La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Lima Noroeste señaló el lugar donde el Osinergmin debía inspeccionar de manera visual con apoyo de evidencias fotográficas y fílmicas del PLEM. Las piezas serán trasladadas a laboratorios para ser sometidas a estudios que determinarán por qué falló.
Se tiene previsto que los resultados de las pruebas serán comunicados a las autoridades competentes. De esta manera, se tendrá un mejor panorama en el juicio para hallar a los responsables y aplicar las sanciones.
Al menos 11.900 barriles de petróleo han cubierto más de 1.400 hectáreas de mar y tierra. Foto: Marco Cotrina/La República