Pese a las evidencias que vienen conociéndose desde la Marina, el Osinergmin y las asociaciones de veleristas en torno al desastre ecológico, el presidente de Repsol Perú, Jaime Fernández-Cuesta, continúa con la posición de culpar del derrame de petróleo a los oleajes anómalos.
“Los estudios internacionales avalan que algo raro estaba pasando. Nunca una fuerza súbita tan extraordinaria había sido capaz de arrancar dos tuberías que tienen una deformación increíble. Las causas ya se verán, afirmó en ‘Punto final’. De esa manera, negó que haya habido errores en el buque.
Lo que sí reconoció fue las diversas negligencias cometidas durante el derrame en el terminal multiboyas N° 2 de la refinería La Pampilla. “Lamentamos el error de percepción del personal”, dijo sobre la cifra de 0,16 barriles que dio Repsol cuando en la realidad eran más de 6.000 barriles que hoy se extienden de Ventanilla a Barranca.
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Dijo que sí tenían un plan de contingencia; no obstante, admitió que no se aplicó rápido. “No fuimos conscientes de la magnitud del evento hasta que llegó el petróleo a las playas”.
Tras ser consultado sobre los daños en la flora y fauna marina, el vocero de Repsol precisó que “no hay nada medioambientalmente que no se pueda corregir”. También dijo que confían en que “en unas semanas, a fines de febrero, verán las playas limpias”. “Los avances son ilusionantes”, dijo a pesar de que cientos de trabajadores y voluntarios continúan removiendo las manchas negras en el litoral y el mar.
Sobre este tema, la primera ministra Mirtha Vásquez lamentó que Repsol no esté asumiendo todas las responsabilidades; además reiteró que, según la Marina, el desastre ecológico no se habría dado por los oleajes anómalos.
“En un inicio no hubo un plan de contingencia. No tenían equipos de limpieza marina (skimmers), ahora hay siete. Y nosotros tuvimos que traerlos y movilizar al personal de las FFAA. No hemos visto una acción diligente, dieron datos inexactos”, explicó.
También señaló que están evaluando las acciones legales y no descartó una suspensión de licencia a Repsol. “No podemos calcular el daño porque el petróleo se sigue expandiendo”, indicó tras aclarar que existe una legislación favorable a las empresas que no hacen su trabajo en Perú. “Mañana llegará un equipo de la ONU”, dijo.
Según la OEFA, la refinería La Pampilla cuenta con un historial de 32 infracciones, cuya multa total bordea los 500.000 soles (115 UIT). En todas apeló. La más grave sucedió en el 2013, cuando hubo un derrame en la playa Cavero de Ventanilla. Ese año brindó información inexacta. Informó que se habían filtrado 7 barriles cuando en realidad fueron 190. La multa, de 250.000 soles incluyó el hecho de no controlar eficientemente el impacto.
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Ayer, miles de pescadores, activistas y vecinos del Callao y Lima protestaron en los exteriores de la refinería La Pampilla con el fin de exigir acciones y responsabilidades. A la fecha, hay más de 8 millones del área de mar y playa afectados. Esto equivale a 1.257 estadios de fútbol, según especialistas.
En el 2013, Repsol dio información inexacta sobre otro derrame en Ventanilla; además no lo controló bien. Foto: difusión