Puno. Richard García Chislla (31) confesó ser el autor del asesinato de su esposa Rosa Mendoza Ccasa (33). La confesión la hizo ante las rondas campesinas de Carabaya que lo retienen varios días y esperan entregarlo a la justicia ordinaria. Esperan un juicio y condena inmediata. Los hechos son los siguientes. García denunció la desaparición de su cónyuge, pero tras entrar en contradicciones, aceptó que planificó matarla para rehacer su vida con Agustina Sucapuca Mamani (45). Ambos están aún en manos de las rondas campesinas.
Este miércoles, las Rondas Campesinas de la provincia de Carabaya, tienen programado entregar a los detenidos al Ministerio Público para que sean sentenciados por la justicia ordinaria. Piden cadena perpetua. En estos días aún están sometidos a cadena ronderil. Este es un castigo moral que supone llevarlos a cada distrito para que pasen vergüenza pública de sus propios paisanos con el propósito que se arrepientan de lo que hicieron.
Pero no será una simple entrega. Walter Churata, presidente de la Central Única Provincial de las Rondas Campesinas de Carabaya, dijo que pedirán que el fiscal a cargo del caso y el juez responsable se constituyan al local de los ronderos para que lleven el juicio públicamente. Les proveerán las confesiones grabadas en la cual García, narra cómo tramó el asesinato de su esposa. Agustina Sucapuca aceptó la relación amorosa con el homicida y lamentó no haber denunciado el hecho cuando su pareja le contó cómo perpetró el crimen. Negó su participación. Aunque Richard García, dice lo contrario.
“No vamos a dejar que el fiscal (entre a las oficinas) para que su declaración se haga en cuatro paredes”, dijo Churata.
La autoridad ronderil dijo que todo está acreditado, por lo que considera que queda desarrollar un proceso inmediato. Sólo los dejarán salir de Carabaya con una sentencia la cual debe ser conocida públicamente.
Churata precisó que no hay confianza en el Ministerio Púbico. Recordó que pese a lo sucedido ningún fiscal se constituyó a la zona porque prefieren hacer su trabajo de manera remota por la pandemia.
La Defensoría del Pueblo en Puno pidió prisión preventiva. El pedido resulta obvio por las pruebas existentes. Los comuneros exigen sentencia pública como escarmiento para los demás.
Jacinto Ticona Huamán, jefe de la oficina Defensorial Puno
Somos conscientes que no es un caso sencillo. Los fiscales tienen que hacer todo el esfuerzo para investigar. Al parecer, hay algún otro caso similar que no ha resultado como quisiéramos (con investigación adecuada y sanción al responsable). La Rondas Campesinas, lo recuerdan (…) entonces la desconfianza se generaliza.
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Ambas justicias (Ronderos y Poder Judicial) no son iguales. No podemos equipararlas tampoco. Cada uno tiene su naturaleza particular de actuación. Las rondas campesinas siempre apelan a lo práctico y les dio resultado. En cambio, en la justicia ordinaria existe el debido proceso.
La ronda ha contribuido a identificar a muchos autores de casos delictivos. Hay que saludar a las rondas por muchas de estas contribuciones, porque si no existieran, el sistema ordinario tendría muchas más carga. Pero tratándose de un caso muy delicado debe continuar en la justicia ordinaria. El fiscal debe llevarlo con mucho compromiso. La gente está esperando sentencia. Eso no está fuera del razonamiento lógico. Hay una sed de justicia.