Los transportistas de autos colectivos, buses y taxistas que viajaban al vecino país demandan la igualdad de condiciones para el control migratorio de Perú y Chile cuando la frontera terrestre entre ambos países se aperture. Los conductores peruanos ya plantearon esa demanda antes de la pandemia.
El gobierno de Chile anunció que abrirá su frontera con Tacna el 1 diciembre tras un año y ocho meses de cierre. Chile exigirá, para el ingreso a su territorio, una prueba de descarte de COVID-19, la vacunación y un seguro médico con una cobertura de U$S 30.000.
Javier Cabrera Pinto, dirigente de los colectiveros, explicó que la prueba y el seguro son costosos para los conductores, y que dificultará más la reactivación económica. El gobierno peruano hasta ayer no emitía los protocolos de apertura de frontera y tampoco ha oficializado esa decisión.
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Entre Tacna y Arica, el transporte internacional peruano tiene una capacidad de 1900 asientos, los cuales se distribuyen en 206 autos colectivos, 30 buses y 30 taxis del aeropuerto. Cabrera destacó que el convenio para el transporte entre ambas ciudades fronterizas establece la igualdad de condiciones, así que espera que la diplomacia de ambos países se pongan de acuerdo en un único protocolo.
También está en duda qué ocurrirá con el control integrado migratorio que realizaban Perú y Chile en su frontera terrestre antes de la pandemia. Bajo ese sistema, las autoridades peruanas y chilenas trabajaban juntas en los complejos fronterizos de Tacna y Arica. Desde el anuncio de apertura, los dueños de comercios y las autoridades de Arica, rechazan la medida y piden que se suspenda por un mes la apertura por razones sanitarias y económicas.