La intervención que evidenció la vinculación de algunos policías con el narcotráfico tuvo lugar en el distrito de Cabanillas, provincia de San Román (Puno).
La tarde del miércoles 6 de octubre al promediar las 5.00 p. m. en la avenida Enrique Torres Belon, un vehículo color negro de placa ARR-480 se desvió de la pista y terminó sobre la cuneta de la vía. El accidente fue provocado por dos unidades que les cerraron el paso y, tras el hecho, un grupo de desconocidos descendieron y quisieron llevarse la unidad afectada.
Varios comuneros se acercaron de inmediato con el propósito de prestarles ayuda, pero los desconocidos escaparon dejando maniatado al ciudadano ayacuchano Ymer Cusiche Fernadez (24). Hasta ese momento, se desconocía que la unidad tenía caletas con droga.
Efectivos de la comisaría Cabanillas se presentaron entre el tumulto de comuneros advirtiendo que podría tratarse de un carro robado. Con esa confianza, Roger Marin Mallma Revollar (28) y Noemi Medina Caja (26), se presentaron como propietarios de la unidad. Ambos eran los que habían logrado escapar de la mano de los desconocidos.
Ymer Cusiche Fernadez contó a los miembros del orden que los querían secuestrar y los implicados tenían chalecos con la inscripción Areandro.
Con esa información y con apoyo de los comuneros se logró intervenir en otro punto de Cabanillas a los que habrían participado del atraco fallido. Se trata del suboficial de tercera Oscar David Condori Pacori (41), que labora en la USE-Juliaca. Junto a él cayeron los civiles Yohan Raul Mamani Pacori (23), Lizandro Melendez Salas (35), Cirilo Mamani Condori (49). Estaban a bordo de la unidad de placa V5U-290.
Posteriormente en horas de la noche, en la ciudad de Puno, fue intervenido el suboficial de segunda, Esau Rojas Chavez. Este también habría participado del presunto atraco, pero logró huir.
Según investigación preliminar, cayeron los transportadores y vendedores de los 90 kilos de droga. A la vez, los compradores y arranchadores de esta sustancia ilícita. Las diligencias fueron supervisadas por el general Marco Lara Vergara, jefe de la X Macro Región Policial de Puno, quien dispuso de varios agentes para ubicar y detener a todos los implicados.
La droga tenía como destino Bolivia. Los transportaban Ymer Cusiche Fernadez (24), Roger Marin Mallma Revollar (28) y Noemi Medina Caja (26). Mientras que los presuntos compradores serían Yohan Raul Mamani Pacori (23), Lizandro Melendez Salas (35), y Cirilo Mamani Condori (49).
Estos últimos se habrían puesto en contacto con el policía Rojas Chávez, para que se apropie la droga, y luego venderla a los compradores a menor precio del que pudieron haber pagado.
Rojas Chávez trabajó como agente de inteligencia del Área de Investigación Criminal (Areincri) de Juliaca.
El Ministerio de Interior informó que Chávez, desde hace años, había hecho familiaridad con el crimen y se dispuso su cambio a radio patrullas en Puno. Al parecer, desde esta unidad, seguía estando al tanto de lo que pasaba en el mundo del trasiego de droga y el crimen en Juliaca.
En tanto, el policía Oscar Condori Pacori habría sido convocado por su colega para apropiarse de la sustancia ilícita. El Ministerio Público investiga sobre la existencia de más policías implicados.