Más de 5.000 conductores ofrecen el servicio de transporte público de manera informal en la ciudad de Chiclayo. Así lo denunció el director de Organización de la Central de Colectivos de Lambayeque, Wilson Míñope, quien indicó que este problema afecta a los transportistas formales de colectivos y camionetas rurales (combis) durante el estado de emergencia por el nuevo coronavirus.
Ante esta problemática, los dirigentes del sector transportes sostuvieron el lunes 20 de setiembre una reunión de emergencia con el gerente de Desarrollo Vial de la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh), Luis Miranda Revilla, a fin de explicar esta situación que se agravó durante la pandemia.
“Se espera que el ayuntamiento tome cartas en el asunto y aplique los correctivos necesarios, pues el índice de la informalidad sigue aumentando y la capacidad adquisitiva de los transportistas formales disminuye. Falta control”, expresó.
Caos. El servicio de taxis es el que más unidades vehiculares agrupa, lo que ocasiona ell desorden de la ciudad.
En esa línea, precisó que desde el 2020, al menos 1.500 conductores de colectivos y 3.500 de combis son perjudicados por la competencia desleal.
“Nosotros (transportista formal) tenemos los documentos que exige la norma, sin embargo, la actividad ya no genera dividendos a diferencia de los informales que sin Tarjeta Única de Circulación (TUC) se apoderan de la ruta urbana e interurbana”, expresó.
Asimismo, precisó que los vehículos informales brindan servicio en la ruta La Pradera, La Plata, Ávila Morón, Las Brisas, así como para los distritos de Pimentel, Tumán, Pomalca, Picsi, Ferreñafe, Santa Rosa, Pucalá y otros.
En ese contexto, Wilson Míñope, enfatizó que se necesita la intervención efectiva de la Policía Nacional. “Urgen medidas oportunas, pues el ayuntamiento no cuenta con logística ni personal suficiente para desarrollar operativos”, remarcó.