El grupo de inteligencia policial se dirigía a La Pampa para realizar un trabajo sobre trata de personas. En el trayecto a esa zona de minería ilegal de Madre de Dios, descendieron en un boulevard a comprar agua. Eran cerca de las 11.15 de la mañana cuando bajaron tres suboficiales y otros dos permanecieron en el vehículo donde se desplazaban. Ahí comenzó una pesadilla que incluyó el secuestro de tres efectivos, torturas y el robo de sus armas de reglamento.
Fueron unos 12 delincuentes armados quienes cometieron este acto criminal que es investigado por un contingente especial. Por informaciones que proporcionaron los testigos, los agentes están convencidos que se trataría de integrantes de la banda Los malditos de La Pampa, dedicados al sicariato, secuestro, extorsión y asesinatos de mineros que operan en ese lugar.
Esta organización criminal es liderada por Iván Fernández Pérez (a) ‘Tony’, indicó un oficial PNP.
Informes de inteligencia a los que accedió La República revelaron que el suboficial de segunda Roque Rolando Chalco Cotohuanca y los suboficiales Henry Daniel Portocarrero Chávez y Urbano Guillén Quispe fueron despojados de dos pistolas Pietro Beretta y una Glock.
Ellos conformaban una patrulla comandada por el suboficial brigadier Marco Antonio Rojas Huamán y habían descendido del vehículo X3X-858 conducido por el suboficial de primera Juan Antony Rojas Verástegui.
Iban a realizar una diligencia sobre trata de personas en la zona de Boca Colorado, en el Manú, pero cuando llegaron a la altura del kilómetro 108 de la carretera Interoceánica, en la entrada Faraón, descendieron a comprar agua y alimentos.
Fue en esas circunstancias en que los tres policías fueron rodeados y secuestrados por una docena de delincuentes que llegaron en motocicletas. Los redujeron y se los llevaron con dirección a Mazuco, según contaron tres trabajadoras de cantinas.
Los torturaron, les robaron sus armas y huyeron hacia Sarayacu. Los tres policías fueron encontrados malheridos y tuvieron que ser hospitalizados.
Un contingente policial realizó un operativo y confiscó motos sospechosas, chalecos antibalas, rescató a una menor de 17 años en un hostal e intervino a 45 personas por violar el toque de queda. Cinco de ellos permanecen detenidos por indocumentados.
“Estas bandas han vuelto a operar en La Pampa, una zona que ya había sido liberada de delincuentes y mineros ilegales”, reveló con preocupación un miembro de las Fuerzas Armadas.
“Se dedican a extorsionar a mineros ilegales. Tienen armas, chalecos, motos”, agregó, desde el lugar donde ocurrió el último acto criminal, el 16 de julio.
Los moradores de las poblaciones cercanas temen que La Pampa vuelva a ser tierra de nadie. “Ya no realizan operativos frecuentes y han vuelto a dominar varios sectores que se había recuperado”, advirtió el dueño de un grifo que por razones de seguridad no reveló su identidad.
El 14 de abril fue asesinado el suboficial de segunda PNP Crister Kevin Palomino García. Once días después fue victimada Jossy G., una joven de 17 años captada por una red de trata. Así, la mancha de la criminalidad sigue avanzando sobre La Pampa, que nuevamente empieza a ser invadida por mafias de mineros ilegales, sicarios y extorsionadores.