La pérdida de una madre o un padre a causa de la COVID-19 es una de las experiencias más dolorosas y estresantes que pueden vivir los hijos, especialmente si son niños o adolescentes. Así lo señala el Ministerio de Salud (Minsa) en una publicación sobre cómo ayudar a los menores a atravesar este complicado proceso de duelo.
Según Horacio Vargas Murga, médico psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) del Minsa, en el Perú hay un total de 10.800 niños, niñas y adolescentes que quedaron huérfanos por la pérdida de su madre o de su padre a causa del coronavirus, de acuerdo a reportes del MIMP.
El especialista recalcó que, en el contexto del Día de la Madre, muchos menores sufrirán la ausencia de su figura materna, que es la de mayor apego e importancia durante la infancia. Por ello, el recuerdo traído por esta fecha puede afligirlos más sin que otros adultos de la casa sean muy conscientes del problema.
De acuerdo a Vargas Murga, la separación es una experiencia desagradable para los niños y en el caso de los adolescentes puede trascender en una conducta de riesgo como la autoagresión. “Es vital la vigilancia y el soporte emocional constante, los cuidadores deben estar alertas” advierte.
En esa línea, el psiquiatra recomienda a los apoderados de estos menores el escucharlos y explicarles que en la vida pueden darse este tipo de situaciones en que personas fallecen antes de lo esperado, pero que siempre estarán presentes en nuestros pensamientos y recuerdos. “Albergar un buen recuerdo de la madre o el padre va a ayudar a poder procesar este dolor”. señala.
Por otro lado, si no tuvieron la oportunidad de despedirse de alguno de sus progenitores, los familiares deben ayudar a cerrar el duelo, haciendo que los menores puedan escribir una carta o expresar lo que sienten mediante un dibujo. Si necesitan expresarse a través del llanto, acompañarlos, jamás reprimirlos.
Asimismo, el experto indicó que los niños y adolescentes pueden procesar el dolor por la pérdida de sus padres en lapso de uno a seis meses, pero que si esto no se diera así, será importante buscar ayuda profesional para evitar que los menores caigan en depresión o en algún otro trastorno mental.