La humilde olla común ‘Niño de Jesús’ en el asentamiento humano San Pablo Mirador, distrito de Manchay, Pachacámac, sufrió un robo de los implementos de cocina y algunos alimentos durante la madrugada del último martes.
Cuando Teodosia Quispe llegó, como todos los días a las 5 a. m., para preparar el desayuno, se percató que los delincuentes habían roto el candado que con mucho esfuerzo las madres de familia pudieron conseguir. El comedor alimenta al menos a 150 familias de la zona.
“Vinimos a ver como siempre. Encontramos la puerta abierta. Entramos a ver y no teníamos nuestras cosas (con las) que todos los días cocinamos. Las ollas, los víveres,” detalló Quispe a las cámaras de América Noticias.
“Cuando vine no había nada. Prácticamente estaba vacío”, se lamenta Quispe. “No podemos dejar a las personas sin comer, porque las que vienen ya nos llaman desde las 5 diciendo ‘vayan a separar mi comida’, ‘tanto quiero llevar’. No podemos dejar porque hay varias mamás que son madres solteras, que no trabajan. También ancianos”, explicó.
Pese a este inconveniente, las madres de familia se las ingeniaron durante el día y consiguieron ollas pequeñas. El tamaño de estas significó un doble esfuerzo por cocinar de a pocos.
El coordinador de la olla común solicitó a las autoridades ayuda con el abastecimiento de alimentos y utensilios. Un final feliz llegó después para las madres del comedor, pues ni bien la municipalidad de Pachacámac se enteró del lamentable hecho, se acercó al lugar para reponer los materiales robados.
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