El asesinato de Roberto Pacheco Villanueva, hijo del vicepresidente del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata (Madre de Dios), Demetrio Pacheco, trajo consigo una ola de críticas por la falta de protección a defensores ambientalistas de zonas donde coexisten la tala ilegal, la minería ilegal y el tráfico de tierras.
Mediante un comunicado oficial, la Defensoría del Pueblo demandó al Ministerio Público y a la Policía Nacional garantizar una investigación célere por la muerte de Pacheco. “No debe obviarse como móvil la represalia por las labores de defensa de derechos humanos que desempeñaba el señor Pacheco. Resulta imperativo evitar la impunidad de este grave hecho”, dice el oficio.
Asimismo, la entidad solicitó al Ministerio del Interior y a la Fiscalía, adoptar las acciones necesarias para garantizar la vida e integridad de las personas defensoras de derechos humanos, a través de garantías personales para ellos y su familia.
En lo que va del 2020, además de Pacheco, cuatro personas defensoras de los pueblos indígenas y del medio ambiente perdieron la vida por ejercer su trabajo de protección de los recursos naturales. En abril, fueron ultimados Arbildo Meléndez Grándes (Huánuco) y Benjamín Ríos Urimishi (Ucayali), en mayo Gonzalo Pío Flores (Junín) y en julio Lorenzo Wampagkit Yamil (Amazonas).
Respecto a la problemática en Madre de Dios, la Defensoría del Pueblo pidió a los ministerios de Energía y Minas, Economía y Finanzas, y Ambiente, garantizar la continuidad del Plan Mercurio, extendiendo sus efectos a todas las zonas de la región que fueron ocupadas por la minería ilegal.
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Además, instó a las instituciones competentes a combatir la tala ilegal, la minería ilegal y el cultivo de coca en las áreas naturales protegidas en Madre de Dios y sus zonas de amortiguamiento, así como en otras regiones con los mismos problemas.
Para la Defensoría del Pueblo, este caso evidencia la importancia de que el Congreso de la República ratifique el Acuerdo de Escazú, el cual es un instrumento jurídico para proteger la integridad de personas como Demetrio Pacheco Estaca o la de su hijo, Roberto Pacheco Villanueva, quienes dedican sus vidas a defender nuestros recursos naturales.