La crianza de truchas se había convertido en una forma de emprendimiento para dos ancianos en Apurímac. Ellos ponían todo su esfuerzo físico en esta labor y así conseguían ingresos económicos para su familia. Sin embargo, el envenenamiento de sus truchas cambió esta situación.
El hecho se registró el pasado miércoles en la comunidad de Anta Anta en el distrito de Challhuahuacho en Apurímac. Varias truchas muertas aparecieron flotando en las pozas, zonas habilitadas por la familia para la crianza de estos peces.
Los afectados por este atentado ecológico son Cirila Maldonado Huaman y su esposo Santos Huamani Chumbes. Ambos con mucho esfuerzo habían invertido el poco dinero que tenían en esta actividad. Sin embargo, se vio afectada por el egoísmo de otras personas, quienes habrían envenenado a los peces.
La señora Cirila no pudo aguantar las lágrimas al ver que perdió el producto de su esfuerzo y con ello el ingreso económico para su familia. Sus parientes trataron de consolarla mientras fotografiaban las pozas repletas de truchas muertas.
La pareja de ancianos hizo un llamado a las autoridades para que se investigue los hechos y se ubique a los responsables. Ellos piden justicia debido a que la crianza de truchas era su único ingreso y una forma de emprendimiento que tenían durante la pandemia por el coronavirus.
El caso se encuentra en manos de la Policía y del Ministerio Público. Según la versión de los afectados, desde hace algunos meses tenían enfrentamientos con algunos pobladores de la zona. Al parecer, estos últimos se oponían al uso del agua. Los adultos mayores no descartan que el motivo del hecho haya sido la venganza.
Apurímac se distingue por la crianza de ricas y nutritivas truchas. Incluso el Ministerio de Agricultura y Riego ofrece apoyo a esta región para erradicar la anemia infantil con este producto.