Maribel Mamani-José Salcedo
Los policías también son víctimas del coronavirus. Hasta ayer, según el jefe de la Séptima Región Policial del Cusco, general PNP Víctor Patiño, se realizaron 3 634 pruebas, entre serológicas y moleculares. De estas 848 dieron positivo, asimismo, siete agentes perdieron la vida, el último deceso se registró el domingo.
Patiño detalló que dos agentes no estaban en servicio, porque cumplían aislamiento por pertenecer al grupo de personas vulnerables. Mientras que hasta ahora son 296 efectivos policiales los que superaron la enfermedad. El mayor número de contagios se produjo en julio, es decir, guarda relación con el aumento general de infectados.
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El jefe policial también respondió a las quejas de agentes o familiares de efectivos contagiados por falta de atención al personal. Por ejemplo, el Comisario de Cachimayo, César Loayza Cavero, se puso grave y fue internado en UCI. Su hermano denunció a los jefes policiales por exposición al peligro y aseguró que nadie se había puesto en contacto con la familia. Al respecto, Patiño dijo que se hace seguimiento a este caso y que Loayza se recupera favorablemente. Salió de UCI.
Asimismo, una imagen mostró a un efectivo policial con COVID-19 en la provincia de Canchis aislado en una carpa supuestamente por falta de atención. El general dijo “hay un hotel para alojar al personal que ha dado positivo”; sin embargo, salió información de que se aisló fuera de su domicilio. “Eso fue quizá desinformación del efectivo, porque tiene esta posibilidad”.
Por otro lado, Contraloría emitió un informe sobre verificación de comisarías de Cusco. Se determinó que ocho de cada diez policías no fueron sometidos a las pruebas de descarte de coronavirus en la región Cusco. Esa negligencia, habría ocasionado que muchos agentes se contagien en mayo y junio. Contraloría evaluó 1385 efectivos policiales que prestan servicios en 18 comisarías visitadas en el marco del control en la emergencia sanitaria. A 1198 (86%) no se les realizó la prueba rápida. Solo 187 (14%) fueron testeados.
La Contraloría también supervisó la recepción, almacenamiento y distribución de implementos de prevención, así como la situación del comedor o ambientes donde los agentes toman sus alimentos. Halló hechos adversos. Uno de ellos es que en 15 (83%) de las 18 comisarías, los documentos de ingreso de implementos no precisan características técnicas (material, unidad de medida, tamaño, color y marca), fechas, ni responsables de la entrega y recepción.