Coronavirus en Perú. La etapa de la reactivación económica dibuja un panorama desfavorable para muchos peruanos, pues evidencia la falta de empleo y las pocas condiciones para reinsertarse al campo laboral. En este contexto el trabajo del día a día se convierte en el sostén de los desempleados; mientras las condiciones son idóneas para una ola epidemiológica de contagios por COVID- 19.
La ciudad de Chiclayo, alberga en sus diferentes vías a peruanos y extranjeros que ofrecen sus productos desde alimentos a prendas de vestir. Tan solo las arterias que colindan al Modelo, su principal mercado concentra a más de 20 mil ambulantes, de los cinco informales que existían antes del estado de emergencia por el nuevo coronavirus.
Así lo informó el subgerente de Promoción y Formalización Empresarial de la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh), Segundo Bocanegra Campos.
El temor a convertirse en portadores o sumar la lista negra de fallecidos por coronavirus no prevalece ante la necesidad de contar con recursos para alimentar a las familias.
Las calles Arica, Manuel Pardo, José Pardo; así como las avenidas Balta, Pedro Ruiz Gallo, Luis Gonzales lucen desordenadas por la gran cantidad de informales. La MPCh solo tiene 18 agentes de Serenazgo para controlar a los miles de ciudadanos. En este grupo están los cinco mil informales registrados antes de la pandemia y los nuevo 15 mil ambulantes nuevos.
Bocanegra indica que estas personas se desempeñaban como cocineros, peluqueros, guías de turismo, albañiles, así como personal de gimnasios, hoteles y de tiendas comerciales que fueron despedidos a raíz de la emergencia.
“La situación es complicada porque hay un foco infeccioso que significa el aumento de ambulantes, y más cuando existe una sentencia del reordenamiento del Modelo que debe cumplirse”, anotó.s
En ese sentido, dijo que el ayuntamiento viene empadronando a los trabajadores independientes a fin ser reubicados a tres inmuebles. El primero es Plaza Norte, ubicado en la avenida Augusto B. Leguía con espacio para 1,200 ambulantes; también el Molino de Piedra con capacidad para 800 personas y el local de Serenazgo en la calle Angamos.
Indicó que la comuna debe invertir para realizar algunos arreglos en pisos y servicios higiénicos de los locales en mención.
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