Aparte de la tecnología, ¿qué más le hace falta al programa Aprendo en Casa?
Aprendo en Casa tiene un doble reto. Superar la naturaleza con la que fue creado; es decir, ofrecer servicio educativo en un contexto excepcional. Desarrollar contenidos y metodologías de trabajo para la emergencia podría ser útil solo para esa fase. Sin embargo, todo indica que la modalidad no presencial continuará por lo que se deben tomar decisiones sobre cuánto y cómo se abordará el plan de estudios.
Se debería pensar si no es pertinente trabajar con proyectos por competencias, priorizar el desarrollo del pensamiento crítico, utilizar más la ventaja de la virtualidad para diversificar las referencias de dónde y cómo buscar información que complemente lo ofrecido por el programa.
¿Qué valora del programa?
Creo que lo primero que hay que destacar es que el programa exista. El Minedu ha respondido de manera rápida a algo inesperado para lo cual nadie estaba preparado. El programa tiene una estructura, tiene contenidos, tiene mecanismos para llegar a los estudiantes y eso está bien. Siempre es posible pensar que algo falta o se podría mejorar, pero es verdad también que la educación ha continuado, de manera distinta a la esperada, pero no ha parado.
¿Qué hace falta en la educación rural e inclusiva?
En primer lugar, atenderlas realmente. Pasar del reconocimiento retórico a la decisión efectiva. Es inaceptable que luego de varias décadas de programas dirigidos, especialmente, a la educación rural, persistan los mismos problemas. Brechas que no se terminan de cerrar, problemas de condiciones básicas para desarrollar las clases, como mala infraestructura y equipamiento.
Hacen falta docentes especializados en el desarrollo de educación para zonas rurales. Hace falta, probablemente primero que todo, que el Estado sepa qué educación rural quiere impulsar.
¿Qué se debe hacer ante la crisis de la educación privada?
Esa crisis es previa a la emergencia sanitaria, pues su desregulación permitió su crecimiento desordenado y de muy heterogénea calidad. Creo en las ventajas de la educación estatal, en la democratización de la sociedad, por lo que es acertado que el Estado acoja la migración de la matrícula privada, pero deberá demostrar que puede con la tarea y se verá que eso de que la educación privada es mejor es inexacto.
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