José Víctor Salcedo
La suspensión del turismo por la pandemia dejó a 120 000 personas sin trabajo en Cusco. Este grupo lleva más de tres meses desempleado debido a la suspensión completa de la “industria sin chimeneas”. El gobernador regional, Jean Paul Benavente, refirió que esa cantidad de cusqueños obtenían sus ingresos en forma directa o indirecta de la llegada de turistas. Un estudio de 2016, hecho por la Unsaac, precisa que al menos dos de cada diez cusqueños obtenían sus ingresos gracias a actividades ligadas al turismo.
El Colegio de Licenciados en Turismo (Colitur) también tasó en 120 000 los afectados por la pandemia. No obstante, eso solo involucraría al sector formal, porque en esta actividad estaban ganando terreno los informales con una tasa superior al 37%.
Esta enorme cantidad de personas espera el reinicio el turismo. El Gobierno Regional del Cusco tiene un plan, que está siendo sometido a ajustes, para iniciar la de reactivación con una inversión de S/ 29 millones entre 2020 y 2022.
Dentro de las prioridades está las mejoras en los servicios de salud en toda la región para convertir a Cusco en un destino seguro y un sitio donde, además, el coronavirus haya sido controlado mejor que en otras regiones. “Solo si aseguramos que Cusco es un destino seguro volverá el turismo”, admite.
La Ciudadela Inca de Machu Picchu reabrirá sus puertas el 1 de julio. Solo podrán ingresar 75 visitantes por hora; es decir, 675 turistas cada día, una cifra ínfima en relación a la carga que recibía antes de la pandemia que oscilaba entre 3000 y 5000. Sin embargo, todo indica que el ingreso a Machu Picchu solo será un acto simbólico, porque casi el 70% del turismo que visitaba la ciudadela era extranjero. Entonces, en el mejor de los casos, si los peruanos empiezan a viajar para conocer la maravilla, solo habrá un 30% de afluencia. “De repente ningún turista nacional o extranjero va a querer venir todavía (por el miedo al virus)”, advierte Benavente.
Los operadores de turismo también son conscientes de eso. Silvia Uscamayta Otárola, integrante de la Asociación de Agencias de Turismo del Cusco (AATC), refirió que este sector tendrá que hacer el doble del esfuerzo que otros sectores para reflotar. Benavente manifestó que de julio a noviembre se tendrá que impulsar el turismo local y nacional, porque, según sus cálculos, recién a fin de año estarían llegando los primeros grupos de visitantes foráneos.
El gobernador del Cusco, Jean Paul Benavente, refiere que en este tramo se debe “animar el turismo local en el Valle Sagrado e ir avanzando hacia el turismo nacional y, luego, al receptivo. Nosotros esperamos que a partir de noviembre o diciembre empecemos a tener los primeros turistas internacionales”.
Menos optimista es Carlos Canales, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), quien hace dos semanas estimó que el Perú “no tendrá turistas extranjeros hasta julio del 2021 ni turistas nacionales hasta fines de este año”.
“Hay stock para alimentos, zapatos, para el sector textil, pero no hay stock de pasajeros. La medida de reactivación para hoteles, transporte turístico y restaurantes no sirven porque no hay usuarios”, anotó.