En pleno estado de emergencia, ambulantes de La Victoria que vendían ropa y/o otros productos en el jirón Antonio Raimondi fueron desalojados por fiscalizadores de la municipalidad del distrito. Los comerciantes se dispersaron rápidamente en grupos para evitar que se les quite su mercadería.
Los fiscalizadores se desplazaron a la zona de la cuadra 5, donde los ambulantes empezaron a reclamar por el actuar de las autoridades. Incluso, había algunos compradores que evitaban que les quitaran sus pertenencias.
“La gente aquí está trabajando. No es justo. A mí me han liquidado de mi trabajo cuando tenía a una hija de cuatro años. Nos quitan nuestras cosas como si fuéramos ladrones, ¿es justo eso?”, indicó una vendedora que se enfrentaba a los fiscalizadores.
En el reporte de América se observa que los agentes empiezan a retroceder ante la llegada de más ambulantes que reclaman por su mercadería incautada. Los compradores también piden ayuda. “Me quieren quitar lo que yo he comprado. Ellos diario ganan. Nosotros no ganamos así. No nos pueden atacar así con una bebé. Ahorita no estamos trabajando”, mencionó otra joven con sus bolsas.
Además, otra trabajadora aseguró que les quitan toda la ropa que venden. “Ellos nos quitan y se llevan todo. Luego, no nos devuelven y perdemos todo. ¿Quién nos va a reponer eso? El día de ayer me han empujado con ellos hasta el suelo. Nos quitan nuestra mercadería. Yo no tengo nada. Ni bono ni canasta ni nada”, dijo.
Por otro lado propuso que los trasladen a una zona especial para que ellos puedan vender. “Nosotros pedimos un lugar para trabajar de tal hora a tal hora. Evitamos que se aglomeren las personas”, manifestó. Agregó que el alcalde debería ver estos temas.
“No mande a su gente a que nos quiten la mercadería. Nosotros somos acá madres solteras y padres solteros. ¿Cree que nosotros queremos exponernos? Nosotros evitamos que la gente se aglomere. Sin embargo, cuando vienen los fiscalizadores tenemos que pegarnos para que no nos quiten la mercadería. Que nos dejen trabajar", indicó.
Más tarde, nuevamente, los ambulantes se enfrentaron a los fiscalizadores con puños para evitar ser capturados. “¿Por qué no abren los centros comerciales? Si estuvieran abiertos yo no tendría que vender en la calle”, exclamaba una de las comerciantes en un informe de Diario La República.