Coronavirus en Perú. La directiva sanitaria para el manejo de fallecidos por coronavirus fue aprobada el pasado 23 de marzo por el Ministerio de Salud (Minsa). El protocolo establece que los cuerpos deberán ser cremados inmediatamente después de haber ocurrido el deceso.
En el caso de Lambayeque, la última víctima del COVID-19 aún permanece en el Hospital Regional, donde falleció el 29 de marzo, pues aún no se ha podido firmar el contrato para realizar la cremación.
La República tuvo acceso a un video realizado esta mañana en el velatorio del nosocomio, donde se observan cadáveres en el pasadizo y cuerpos envueltos en bolsas negras separados en otro ambiente.
Fuentes del hospital aseguraron que estos últimos habrían sido traídos desde la zona COVID-19 hace más de 48 horas, por lo que temen se vuelva un foco de contagio para los trabajadores.
Consultado al respecto, el director del Hospital Regional de Lambayeque (HRL), Omar Tineo Carrasco, confirmó que uno de ellos pertenece a la última víctima del coronavirus, cuyo resultado fue obtenido recién el 30 de marzo debido a la falta de reactivos. El resto serían fallecidos no COVID-19, cuyos familiares aún no han venido a recoger los cuerpos.
Según explicó, el cadáver no ha podido ser cremado, porque aún se encuentra en proceso la contratación de la empresa encargada de llevar a cabo esta incineración. No obstante, aseguró que dicho cuerpo se encuentra dentro de dos bolsas herméticas especiales, por lo que no habría peligro de contaminación.
“Este es un proceso que toma un poco de tiempo, porque debemos verificar quién va a financiar parte de la cremación, tenemos que ver la empresa que se va a encargar y ver el presupuesto. Hoy día tiene que hacerse todo eso”, precisó el director.
Es necesario precisar que la directiva sanitaria para el manejo de cadáveres por COVID-19 establece que el cuerpo no debe permanecer por más de 24 horas en el morturio del establecimiento de salud. Asímismo, debe estar dentro de una bolsa impermeable y resistente con cierre hermético, la cual debe ser rociada con una solución de hipoclorito de sodio.
“El cadáver debe ser cremado dentro del plazo máximo de 24 horas desde el momento que se certifica su fallecimiento para evitar el peligro de diseminación que ponga en riesgo a la salud pública”, se lee en la Directiva Sanitaria Nº 087-MINSA/2020/DIGESA.
El director del HRL lamentó que el cuerpo del otro fallecido por coronavirus en el hospital fuera entregado a sus familiares sin tener en cuenta el protocolo del Minsa, pues lo resultados se obtuvieron tres días después de su deceso debido a que no contaban con los reactivos.
Según precisó Tineo Carrasco, al paciente se le practicó una primera muestra el día que llegó al hospital (23 de marzo), la cual arrojó como resultado negativo. Sin embargo, el día de su fallecimiento (26 de marzo), a pedido de la médico tratante se le realizó una segunda prueba cuyos resultados arrojaron positivo para COVID-19 (29 de marzo).
“Lamentablemente esos exámenes demoran un poco, porque se tienen que validar a nivel nacional. Toda prueba no es infalible, siempre hay un margen (de error) en la toma de muestra, tipo de prueba, en el traslado”, señaló.
La directiva sanitaria establece la cremación de los fallecidos por coronavirus para evitar que los cuerpos se conviertan en agentes de contagio, pues los especialistas sostienen que el virus podría permanecer en sus secreciones corporales.
En este caso, el responsable de la Gerencia Regional de Salud (Geresa), Juan Ordemar Vásquez, informó que la demora en el procesamiento de las muestras ocurre debido a la falta de reactivos, los cuales son entregados por el Minsa.
Asímismo, aseguró que personal médico viene realizando un seguimiento epidemiológico a los contactos directos de los fallecidos. En el caso del cadáver que fue entregado a los familiares, no pudo precisar si esos restos fueron directamente enterrados o pasaron por un velatorio.