Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, celebra su cumpleaños 84. El escritor nació en Arequipa en 1936. Si bien el literato no tiene recuerdos vivos de su breve residencia al pie del volcán, aprendió a querer a la Ciudad Blanca a través de su familia materna, los Llosa, arequipeños militantes.
Pero la mayoría de la familia Llosa se marchó de Arequipa en 1937 con Mario en brazos, este apenas tenía solo un año de edad. Se mudaron a la ciudad Cochabamba, Bolivia.
“El Perú para mí es una Arequipa donde nací pero nunca viví”, dijo el escritor en su emocional discurso en Estocolmo, donde recibió el premio nobel de Literatura en el 2010. Él admitió que aprendió a querer a la Ciudad Blanca por su madre, sus tíos y sus abuelos.
La casa en la que nació Mario Vargas Llosa se mantiene intacta. Es un chalet de dos pisos ubicado en la primera cuadra de la avenida Parra, a cinco cuadras de la plaza de Armas. El inmueble, de arquitectura republicana, muros de cemento y balcones de madera, fue declarado patrimonio cultural de la Nación recientemente.
Originalmente la casa perteneció a don Manuel Aurelio Vinelli, el fundador de la embotelladora Socosani y un político influyente en la Arequipa de antaño. Cedió en alquiler el segundo piso a su amigo Pedro Llosa, el abuelo materno de Mario. Allí nació Mario el 28 de marzo de 1936, después del alejamiento o el abandono del padre, Ernesto Vargas Maldonado.
Hoy esa antigua vivienda fue convertida en la denominada Casa Museo de Vargas Llosa. La vida y obra del escritor arequipeño se relata de una manera didáctica e interactiva a través de 16 salas dotadas de imágenes en 3D.
Se combina elementos de alta tecnología como hologramas y proyecciones en HD con testimonios y algunos objetos de la vida de Vargas Llosa, donado por el propio escritor.
El mejor homenaje para un escritor vivo es bautizar una biblioteca con su nombre. En Arequipa, el gobierno regional tuvo ese acierto en la gestión del exgobernador Juan Manuel Guillén Benavides. El escritor puso la primera piedra y realizó una primera entrega de 300 libros de su colección particular en España, que con el paso de los años esas donaciones siguieron.
La idea fue de Guillén, amigo de Vargas Llosa desde mediados de los noventa.