Mónica Cuti
Arequipa
La región no necesita más embalses de cemento, sino sistemas de represamiento ecológicos. Sedapar, junto al Consejo de Recursos Hídricos, elaboraron en 2019 proyectos para reforestar 120 mil 429 hectáreas, entre las represas El Fraile, Pillones, Chalhuanca y Aguada Blanca. El objetivo es la siembra de agua.
En esa inmensa área no hay presa y toda el agua de las lluvias llega kilómetros abajo a Aguada Blanca. Este embalse podía almacenar 40 millones de metros cúbicos (m3), pero por el sedimento que por años acumula, su capacidad se redujo a 25 millones de m3. Así, la presa en temporada de lluvias rebosa y se tienen que abrir sus compuertas.
Ese excedente puede aprovecharse zona arriba con el proyecto. El consultor y exsecretario del Consejo de Recurso Hídricos, Ronald Fernández, señala que en una primer etapa plantarán 16 mil hectáreas de tolas y queñuales. Sus raíces absorberán el agua de la lluvia y la almacenarán dentro de la tierra. “Es mejor que una represa”, indica Fernández.
Explica que se aprovecha hasta 70% del agua de los aguaceros y que por filtración llega a los ríos más cercanos en 3 o 4 meses. Pero en la actualidad el sector no tiene vegetación, sólo infiltra el 30% y el 70% se pierde.
Candidatos y autoridades siempre prometieron más represas de cemento pero el costo es altísimo. Un embalse como Pillones cuesta S/ 200 millones para 80 millones de m3. Si ese dinero se invirtiera en la siembra de agua, se almacenaría mucho más en miles de hectáreas. Y es que por cada metro cuadrado se infiltra entre 20 a 30 litros. “Los gastos solo serían sembrado de los árboles y su cuidado”, detalló Fernández.
Arequipa consume 500 millones de m3 en todas sus actividades, desde agricultura hasta minería. De esa cifra, 170 millones m3 son de las represas y el resto de filtraciones. Si se apuesta por esta alternativa el recurso disponible será mucho mayor.
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El proyecto está dentro del Plan Maestro Optimizado (PMO) de Sedapar. De ser aprobado por Sunass, se financiará bajo los Mecanismos de Retribución de los Servicios Ecosistémicos, que consiste en crear un fondo con un porcentaje del pago que hacen los usuarios por el servicio de agua potable. En junio de este año se presentará el PMO en audiencia pública.
Con todas esas ventajas no es idóneo levantar más represas. Si rebosa hay que soltar agua, lo que causa inundaciones en cultivos. Vitaliano Pérez, especialista en Hidrología de la Unsa, resalta que manejando bien el embalse se puede evitar desastres. Explica que primero debe pronosticarse qué intensidad tendrán las lluvias y determinar qué volumen se acumulará. Es decir, no se debe permitir que el dique se llene, sino controlarlo y que casi al finalizar la temporada acumule toda su capacidad.
La siembra de agua también puede prevenir desastres. Desde la conquista española hasta nuestros días, el cinturón verde de queñuales se viene depredando. Cruzaba Moquegua, pasaban por los volcanes Pichu Pichu, Misti, Chachani, y llegaba a Ayacucho. De las 60 mil hectáreas se depredaron 44 mil. En las faldas del Misti y Chachani ya no hay nada.
De estas zonas son de donde bajan los lahares y huaicos que cada año provocan inundaciones y destrucción. De reforestarse, el agua sería absorbida y los árboles disminuirían su velocidad y su impacto.
La Mancomunidad de la Cuenca Sur Oriental de Arequipa trabaja con la siembra de agua hace años. El jefe de Sierra Azul, Max Saénz, resaltó que están contribuyendo en la reducción de la contaminación ambiental y que harán de qochas para que los agricultores altoandinos tengan agua permanentemente.