Liz Ferrer Rivera
El llanto de Ima Sumac Huayta Arapa (11) fue escuchado en un video difundido por las redes sociales el 21 de febrero. Era una corta grabación en que se observa cómo el huaico proveniente de la Quebrada del Diablo destruyó su vivienda en la Asociación San Pedro. Minutos antes, ella y su familia se habían puesto a salvo en el segundo piso de una casa contigua, escapando por una ventana.
Aunque en el video no se puede observar el rostro de la niña, son desgarradores sus gritos cuando ve la avalancha de lodo y piedras cubrir su patio y las habitaciones. “Mi prima grabó el video. Sí lloré, me asusté mucho. Perdimos todo, solo mi mamá pudo recuperar unas fotos de nosotros. Yo perdí mis medallas y mi uniforme de la banda”, relata la menor.
Ella cursará este año el sexto grado de primaria en el colegio público Mercedes Indacochea. Practica judo y le gusta la música. Entiende la gravedad de haberse quedado sin hogar y con tristeza recuerda la pérdida de las medallas que con tanto esfuerzo ganó en el judo.
La menor y su familia por ahora pernoctan en el local comunal de San Pedro. Ha recibido alimentos, ropas y útiles de aseo. El padre de Ima Sumac, Ubaldo Huayta, dice que no puede quejarse de la respuesta de la municipalidad distrital para atender a los damnificados, pero que ahora lo que desea es reconstruir su casa. Colocar por lo menos un cerco perimétrico para volver.
Por ello ayer, con el apoyo de vecinos, la familia Huayta realizó una pollada profondos. Ima Sumac estuvo allí apoyando a sus padres. Ella aún recuerda la noche del 21 con temor pero le alegra ver la solidaridad de la gente y espera con ansias su primer día de clases. Sueña con tener una casa de nuevo y una habitación propia.