Esta mañana en el balneario turístico de Baños del Inca, fue sepultado el Ño Carnavalón, y con él se lleva la alegría propia de la festividad más importante de Cajamarca, de cuyo carnaval gozaron miles de personas.
En la víspera, ante el frontis del Estadio Héroes de San Ramón, un buen número de “viudas” y plañideras, se disputaban el honor, al pie del féretro con los restos mortales del rey de la alegría, de ser las preferidas y así recibir parte de las grandes herencias que en su testamento hecho público, se merecerán.
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Se calcula que un gentío dará el último adiós a quien presidió todos los festejos en la cotizada Capital del Carnaval Peruano, que este año superó en un número espectacular la asistencia de turistas nacionales y extranjeros.
Alrededor de las once de la mañana está previsto parta el cortejo fúnebre hasta cubrir los cinco kilómetros que separa esta ciudad hasta los Baños del Inca.
Ahí, el alcalde Edilberto Aguilar Flores, se ha esmerado en preparar todo el ceremonial que será seguido por la multitud que se traslada hacia ese lugar, para presenciar el ritual de la sepultura y sobre todo escuchar atentamente la lectura del ‘testamento’, documento cargado de mucha ironía y picardía, que normalmente deja mal parado a las autoridades de turno y personajes harto conocidos que no les queda otra que aceptar de buen humor, el ingenio del creador.
A partir de ese momento, y durante buena parte del año, se desatará la fiebre de las unshas, generalmente cada fin de semana, para quienes todavía quieran seguir con la sana diversión de estos carnavales que distinguen a la ciudad, por sus particularidades; evento que se volverá a repetir el 2021.