Desafían a la naturaleza y pese a las reiteradas exhortaciones de las autoridades para salir de esas zonas de riesgo no hacen caso. Unas 981 personas habitan los cauces y márgenes de las quebradas de la provincia de Trujillo, según advierte el último estudio de la Subgerencia de Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT).
Las familias viven en peligro constante por cuanto se trata de una zona de riesgo no mitigable y de registrarse la caída de huaicos, las consecuencias serán fatales.
Los pobladores se han ubicado en las aproximadamente 19 quebradas existentes en Trujillo y han levantado sus edificaciones en base a barro, quincha, esteras y hasta plásticos para vivir, sin importarles que una fuerte avenida de aguas provocará una tragedia, alertó el subgerente de Defensa Civil, César Flórez Corbera.
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Basta recorrer quebradas como San Ildefonso (El Porvenir), El León (Milagro) y San Carlos (Laredo) y conocer in situ cómo las familias insisten en vivir en un área de riesgo, donde el Fenómeno de El Niño Costero del año 2017 provocó serios estragos al arrasar con todo lo que encontró en su camino. Incluso, las aguas abrieron nuevos cauces, ya que los existentes se encontraban descolmatados por falta de trabajos de prevención.
Sucedió, por ejemplo, en los pueblos de El Milagro, Sol Naciente y Virgen del Socorro donde las aguas de El León destruyeron todo a su paso y abrieron siete nuevos cauces. Hasta el Parque Industrial se vio afectado.
Hace algunas semanas se culminaron las labores de limpieza en San Ildefonso con maquinaria del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento y de las comunas de El Porvenir, Florencia de Mora y Trujillo. Se hicieron en dos etapas. Lamentablemente hay empresas constructoras que han estado haciendo obras y han arrojado al cauce de la quebrada parte de la carpeta asfáltica levantada, dejando en riesgo a la población. Las curtiembres también han echado algunos desechos. Cuando se activa una quebrada, todo eso baja a Trujillo.
Según Defensa Civil, si este año se repitieran desastres como los del 2017, estos nos sorprenderían en peores condiciones. “Tenemos la avenida Miraflores, que es el eje central de lo que denominamos la Ruta del Agua Urbana. El cauce de San Idelfonso termina en Mampuesto, que es una especie de zona de amortiguamiento. Y de ahí para adelante es la ciudad que serviría como cauce”, aseveró Flórez Corbera.
En esa avenida se ejecutan trabajos de rehabilitación de pistas en plena temporada de lluvias.
Otro punto crítico es la urbanización Huerta Grande, donde se realizan cambios de redes de alcantarillado desde hace varias semanas. Para ese punto hay un plan de contingencia propio porque está expuesto a inundaciones y precipitaciones. El malestar en los vecinos es evidente ya que esa obra debió haberse culminado. La empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de La Libertad (Sedalib) lo viene supervisando.
Las obras de prevención en las quebradas San Ildefonso, El León y San Carlos se ejecutarán bajo la modalidad de gobierno a gobierno. Hay cinco países interesados en realizarlas, según indicó el vicegobernador Ever Cadenillas Coronel. En abril se entregará la buena pro. Ojalá no haya más postergaciones.
En las zonas de riesgo no mitigables no se debe construir nada y menos ser ocupadas. “Las obras de prevención no deben ser incluidas en el mismo paquete de la reconstrucción”, opinó Flórez.