Con el asesinato de Fedra Jaqueline Llonto Guaylupo, la cifra de feminicidios en el Perú se eleva a 157, el número más alto desde que se tipificó el delito allá en el 2009. Durante la noche de este viernes 6 de diciembre, su esposo -un policía- le disparó a quemarropa y ella falleció al instante, luego el sujeto intentó matarse de un balazo.
El asesino es Ronald Soto Ramos, quien luego de perpetrar el feminicidio en Pacasmayo, La Libertad, intentó suicidarse de un disparo, pero fue auxiliado y trasladado aún con vida al centro de salud de la ciudad, donde finalmente murió.
Ambos eran agentes de la Policía Nacional y horas antes del hecho celebraron el 31 aniversario de la comisaría de Pacasmayo. Al parecer, cuando regresaron a casa discutieron y Soto Ramos atacó a su esposa y decidió matarla.
Ya este sábado 7 de diciembre, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) indicó que un equipo del Centro Emergencia Mujer de la comisaría de Pacasmayo ya brinda asistencia a los familiares de la víctima de feminicidio.
La entidad también hizo un llamado a la Policía para que realice acciones a fin de prevenir la violencia de género entre sus efectivos.
Fedra Jaqueline Llonto Guaylupo deja dos menores hijos en la orfandad, quienes se quedaron al cuidado del padre de la joven.
Al igual que estos dos pequeños, según las estadísticas del Mimp, 195 niños, niñas y adolescentes quedaron en la orfandad tras los brutales asesinatos de sus madres. Son víctimas invisibles de los feminicidios.