Luego de la decisión del alcalde provincial de Piura, Juan Díaz Dios, de terminar con el comercio informal en los alrededores del Complejo de Mercados, hace casi un mes, mercaderes llegaron hasta el frontis del palacio municipal para solicitar la presencia del burgomaestre o de una comisión para tratar la problemática.
Un gran número de comerciantes se congregó en el centro histórico portando banderolas, cornetas, vinchas, polos y demás con el fin de llamar la atención de los funcionarios y concertar una mesa de diálogo.
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Bajo el lema de “somos comerciantes, no somos delincuentes”, los manifestantes se resistieron a moverse del lugar hasta que alguien dé la cara, sobre todo la primera autoridad edil a quien le recordaron su paso por el centro de abastos en época de campaña electoral y a quien acusaron de incumplir todo lo conversado previamente.
Incluso denunciaron ser víctima de hostigamiento y maltratos por parte de las autoridades policiales.
El principal pedido es que se les asigne en una zona altamente comercial y no en Castilla como se plantea. “Somos padres y madres de familia. Necesitamos trabajar”, clamaron.