Así como los bebés a veces se tapan los ojos creyendo que desaparecen, también los adultos se tapan los ojos a realidades que cuesta enfrentar. El embarazo no deseado, por ejemplo. En que la situación es crítica coincidimos aquellos quienes velamos por derechos reproductivos y la decisión de las mujeres, como aquellos que se definen como provida. Si nadie se declara a favor de los embarazos no deseados, ¿por qué no se brinda información clara a jóvenes y adolescentes sobre los métodos anticonceptivos que existen a su disposición tanto en la práctica médica privada como en los hospitales públicos? No queda claro en dónde debería informarse a los jóvenes al respecto. Cuando se hace en los colegios, algunos padres conservadores ponen el grito en el cielo, como niños con los ojos tapados. El sexo adolescente existe incluso cuando no hablamos de eso, no desaparece si no lo mencionamos. Al contrario, mientras más hablemos de eso, menos maternidad adolescente habrá. Es un tema de Estado. Entré a Planifica Tu Futuro, en el portal online del Minsa. Ahí explican (falta claridad en el lenguaje) trece métodos anticonceptivos existentes. Llamé a INFOSALUD 0800-10828 (no accesible desde celulares) y me invitaron a acercarme a un hospital del MINSA, donde encontrarían el método adecuado para mí y estaría a mi disposición, de manera gratuita. Necesitamos políticas. Que esa información sobre sexualidad y planificación familiar esté en los colegios y llegue de una manera amigable. Que esté en las casas y que llegue sin prejuicio. Que la información venza los obstáculos culturales que en el contexto de la sexualidad saludable han hecho tanto daño. Poder decidir si ser madre o cuándo serlo, promueve la igualdad, equidad y también dignidad para el hijo y la madre. Hay que tener en cuenta algo muy importante: no toda sorpresa es una bendición.