Algunas veces, haciendo las actividades diarias en la casa, manipulamos mucho nuestras orejas. Con la rutina, dentro de los oídos se empieza a formar, de manera natural, cerumen. No es suciedad y, de hecho, protege a nuestro sentido auditivo. A pesar de ello, es un hábito instaurado el usar hisopos para 'limpiarlo'. Esto en realidad es cuestionable, según relatan los otorrinolaringólogos, especialistas encargados de velar por la salud de esta parte del cuerpo humano, además de la nariz y garganta. Entonces, ¿es recomendable optar por un lavado?
Según el otorrinolaringólogo Mario Sáenz de SANNA Centro Clínico Chacarilla, el lavado de oídos es solo recomendable cuando es necesario. "Si es que hay acumulación de cerumen en el oído, se recomienda el lavado de este, pero la gente puede evitar esto si no manipulan el oído", revela el médico.
Las formas más comunes de manipulación del oído suceden con el uso del hisopo, el palito de fósforo y otros utensilios, comenta el especialista. "Los auriculares que van dentro de los oídos, el champú que queda luego de un baño y el cloro de la piscina pueden generar cerumen", añade.
Sin embargo, no se debe optar por los hisopos. Anteriormente, en una nota de La República el doctor Julio Lee Lu, otorrinolaringólogo del hospital Dos de Mayo y la doctora Mirtha Bendezú Chonta, otorrinolaringóloga del hospital II Vitarte de EsSalud, advirtieron que el uso de estos productos en los oídos pueden causar mayor obstrucción del órgano. A ello se suma la disminución de la audición y, en el peor de los casos, la perforación del tímpano, dado que la piel del canal auditivo es sensible y delicada.
"El promedio de lavado de oídos es anual, pero hay gente que nunca se ha lavado y otra que se lava porque trabaja en piscinas, porque labora en lugar con mucho calor y porque en su lugar de trabajo manipula mucho la oreja", explica el médico especialista Sáenz.
También depende de las costumbres. "Hay gente que se seca el oído con el hisopo cuando no es necesario. Nadie compra hisopos para piscina, donde realmente se moja el oído. Este elemento se creó para limpiar la oreja, en realidad, porque tiene esa forma complicada", sentencia el galeno y refuerza la idea de que nada debe entrar al oído.
"Cuando hay un tapón de cerumen, sí podría una persona ponerse algodón con agua oxigenada en la concha de la oreja", recomienda el otorrinolaringólogo Saenz porque dicho procedimiento liberaría el cerumen del oído. Además, sugiere que este aseo también se puede realizar en algún establecimiento especializado y que solo toma unos minutos en la mayoría de casos.