La presidenta Dina Boluarte acudió ayer al despacho de la fiscal de la Nación para responder por la muerte de 49 civiles que participaban en protestas contra su Gobierno entre diciembre y enero, pero sus respuestas y su silencio no contribuyen a esclarecer la verdad.
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Además, de acuerdo con fuentes cercanas a las diligencias, las preguntas que le formularon la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y su adjunto Marco Huamán fueron sencillas, generales, sin profundizar en los detalles, por lo que no plantearon repreguntas.
Su abogado, Joseph Campos Torres, intervenía como una especie de intérprete que le aclaraba las preguntas que hacían los fiscales. También pretendió direccionar o reinterpretar las respuestas de Boluarte, lo que fue impedido por la fiscal de la Nación. Le dijeron que no podía hacer eso.
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En otro momento, el representante de la Procuraduría advirtió que la presidenta parecía leer sus respuestas en unas hojas que llevaba consigo. Ante tal observación, Boluarte explicó que solo se trataba de unos apuntes con números y fechas de resoluciones que había llevado a la cita.
La fiscal de la Nación le prohibió leer o dar la impresión de que leía, a la vez que le explicó que sus respuestas debían ser espontáneas, de lo que recordara sobre los eventos que se están investigando.
Seguridad. La Policía tomó fuertes medidas de seguridad. Foto: Félix Contreras/La República
La fiscal formuló unas 20 preguntas en total y luego anunció que cedía el interrogatorio a la Procuraduría y los abogados de las víctimas, como ha venido sucediendo en otros interrogatorios de este caso.
La Procuraduría y los abogados de las víctimas han podido preguntar y recibir respuesta a sus interrogantes con el afán de llegar a la verdad. Pero Boluarte guardó silencio absoluto, no volvió a hablar nada.
Joseph Campos explicó que la presidenta se acogió a su derecho al silencio porque, dijo, buscaban que la investigación fuera objetiva.
Además, señaló que la Corte Suprema todavía no resuelve la apelación presentada por la Fiscalía contra la resolución del juez supremo de investigación preparatoria Juan Carlos Checkley de autorizar la participación de la Procuraduría y los abogados de las víctimas en la investigación y los interrogatorios.
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Previo a esta diligencia, Campos había declarado a la prensa que la presidenta no se acogería al derecho a guardar silencio. Llegado el momento, sí lo hizo, lo que, de acuerdo con fuentes de la Fiscalía, no contribuye a llegar a la verdad.
Ante las preguntas que realizó la Fiscalía, la presidenta respondió que se enteró de las muertes que ocurrían en las protestas por los medios de comunicación. Los fiscales no repreguntaron si la protesta social había generado algún reporte de inteligencia y si en ellos había información de las muertes.
Luego señaló que ella no conocía los planes operativos que habían implementado las Fuerzas Armadas y la Policía para enfrentar la protesta social. No era mi facultad conocer los planes operativos, habría precisado.
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Ante otra interrogante, dijo que la Presidencia no es ejecutiva ni decide nada, que es el Consejo de Ministros el que evalúa, discute y toma las decisiones de gobierno que se requieran.
Bloqueo. Policías alejaron a los manifestantes de la Fiscalía, pero también a los periodistas. Foto: Félix Contreras/La República
También afirmó que ella no tiene relación o vínculo directo con los militares y policías, sino que se dirige a ellos a través de los ministros de Defensa o del Interior.
Enfatizó que su gobierno solo emite directivas generales y compete a cada sector implementar y ejecutar las acciones necesarias para cumplir con los objetivos previstos.
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La Policía ejecutó un gran despliegue de seguridad en toda la cuadra 5 de la avenida Abancay, donde se ubica la sede del Ministerio Público.
Este despliegue incluyó alejar a los periodistas de la puerta de ingreso del Ministerio Público pese a que la presidenta llegó en un vehículo oficial que ingresó al sótano del edificio, desde donde, en ascensor, Boluarte subió hasta el piso donde se desarrolló de la diligencia. A los periodistas se les ubicó en la acera de enfrente.
El Ministerio Público tampoco ofreció información oficial del interrogatorio, como sucedió en otras ocasiones, cuando el jefe de Estado debió cumplir alguna diligencia en la Fiscalía.
Dos horas. Si bien Dina Boluarte ingresó a la sede del Ministerio Público, en la avenida Abancay, a las 9.00 de la mañana y se retiró al mediodía, el interrogatorio duró menos de dos horas. Ella llegó en una camioneta que ingresó por la parte posterior hasta el sótano de la Fiscalía.